Si alguien podía amargar al Real Madrid, era él, Julián Álvarez, que le marcó un golazo en la ida de los octavos de final.

Después de un fuerte mazazo que dio el local en el Bernabéu, apareció la magia de uno de los mejores delanteros centros en la actualidad, para igualar con una maniobra completamente individual el tanteador al minuto 31.

Aprovechando su buen dominio de balón, dejó de largo la marca del francés Eduardo Camavinga, se perfiló para su pierna derecha, e impactó, al poste contrario de Thibaut Courtois.

A pesar de la estirada cuan largo es, iba tan esquinado el remate del argentino, que tras pegar en el vertical izquierdo, se incrustó en el arco para el silencio momentáneo de los locales.

En desarrollo...