Y ahí estabas vos, frente a la pelota, con mil emociones, pensando: ¿esta vez sí se me dará? Y decidiste patear como te lo recomendó Gerónimo Rulli y el Dibu, porque sabías que Livakovic te había estudiado, y ustedes a él. Y decidiste abrir el pie como te enseñó el Diego alguna vez, esas tantas veces que te dijo en los entrenamientos “soltá el pie”, para enseñarte la magia de sus tiros y que tú la pudieras replicar en los balones de pelota quieta para ponerla donde deseas, como sucedió ayer.

Y fue gol. Y fue el primero para poner a la Argentina en ventaja sobre Croacia, un equipo europeo que se ha ganado el respeto del fútbol mundial, pero que contra esta banda argentina simplemente se vio como uno más.

Y sí, en Catar 2022 pusiste a todo el mundo a hinchar, a cantar, a hablar de Argentina y a gritar que “ahora nos volvimo’ a ilusionar”. Así, sin más, sin ser argentinos, a todos nos pusiste a vosear.

¿Viste el Obelisco cuando caía la noche en Buenos Aires este martes? Estaba repleto de gente con la albiceleste saltando y gritando. “¡Muchacho’, ahora nos volvimo’ a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial!”.

Y qué va a importar la inflación anual del 94 % de tu país; qué va a ser relevante la condena a seis años de prisión de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, si lo realmente importante hoy para el pueblo argentino es que podás levantar la copa el próximo domingo.

Es tu sexta final con la camiseta y la segunda en un mundial. Es una nueva oportunidad luego del “no es para mí (..) no se da”. ¿Te acordás ese día que quisiste renunciar a la selección y dijiste “ya está”? Pero decidiste volver y darnos una lección a todos y batallar de nuevo hasta salir campeón. Y alzaste la Copa América en el mítico Maracaná, frente a tu rival de patio, Brasil, con un estadio lleno de camisas verdeamarelas cantando en portugués, pero también de albicelestes alentándote a ti, Lionel.

Y tuviste que ver a tu amigo Neymar llorar, pero luego él se alegró por ti. Porque te reconoció ahí, alzando la copa después de tantos años y luego de que la vieras de cerca tantas veces. Él sabe lo que habías luchado para ese momento. Ese día supiste que todo había valido la pena.

Y llegó tu último mundial. Con una ilusión a tope y con una scaloneta con las baterías al máximo.

Pero apareció una Arabia Saudita que, comandada por Hervé Renard, les dio un golpe de realidad. Y comenzó otra historia. Ya sabes que cuando se cae lo único que viene es ponerse de pie.

Y nos volvimo’ a ilusionar. Y nos pusiste a cantar. Qatar se contagió del aguante argentino, de ese equipo que dejó de ser Messi y 10 más. Ayer Julián Álvarez, la ‘araña’ que siempre soñó jugar contigo, fue tu dupla, tu compañero de batalla para llegar a la final. ¿Cómo no me voy a ilusionar?

Y a excepción de unos pocos, diría que el mundo futbolístico te alienta, pero también los que no son tan afines a este deporte, todos quieren verte campeón mundial el próximo domingo.

Y nos pusiste a hablar argentino, y atrás quedó la rivalidad que había con tu país. Nos olvidamos que el Dibu calentó a los nuestros, a Yerry, a Borja y tantos más que cedieron ante la presión de ese gran portero al que hoy le celebramos cada atajada.

Y se nos olvidaron los goles de Batistuta, de Crespo y hoy nos alegra verlos en la tribuna junto a Sorín, el Kun y tantos históricos más cantando sin parar. Quedaron relegados los insultos de los argentinos y hasta del mismo Diego antes de cada partido contra la Selección Colombia cuando nos hacía ver como un equipo chico.

Hoy nada de eso importa, porque todos te queremos ver campeón.

Y por eso nos pusiste a cantar:

“En Argentina nací, tierra de Diego y Lionel, de los pibes de Malvinas, que jamás olvidaré.

No te lo puedo explicar, porque no vas a entender, las finales que perdimos, cuántos años las lloré.

Pero eso se terminó, porque en el Maracaná, la final con los ‘brazucas’, la volvió a ganar papá.

¡Muchachos, ahora nos volvimo’ a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón Mundial!

¡Y al Diego, en el cielo lo podemos ver, con Don Diego y Doña Tota, alentándolo a Lionel!”.

Y aquí estamos todos, alentándote, millones de almas esperando que el próximo domingo salgás campeón.

No será fácil, sin duda, y falta camino por recorrer, pero este equipo ilusiona, tanto que es difícil creer que no será así, que no te veremos alzando por fin la copa.

Gracias por tanto, Lionel.