La resolución se produce después de que el Tesoro de EE.UU. denunciase a la entidad financiera por "manipulación intencionada y supresión de información" sobre más de 20.000 transacciones prohibidas con los citados países. ING habría utilizado filiales de EE.UU. para llevar a cabo estas transacciones entre 2002 y 2007, y eludir los controles impuestos por EE.UU. La entidad holandesa reconoció que las violaciones fueron graves e inaceptables. Se trata del cuarto gran banco que llega a un arreglo con las autoridades estadounidenses.