Hay algo profundamente valioso que ocurre cuando una persona descubre que sí puede. Que sus ideas importan. Que su voz tiene peso. Que no está limitada al rol que ocupa, sino que es capaz de construir, crear y transformar desde donde está. Ese instante -silencioso, casi íntimo- es el verdadero inicio del intraemprendimiento.

En el mundo corporativo solemos olvidar que, detrás de los KPIs, los reportes y las metas, hay seres humanos que cargan sueños, talentos, temores y una necesidad natural de crecer. Y si algo he aprendido acompañando procesos de propósito y liderazgo -especialmente con mujeres y equipos en diferentes etapas- es que cuando las personas se sienten capaces, las empresas avanzan más rápido.

No se trata de que todos quieran renunciar para abrir una empresa. No.

Se trata de algo más profundo: que cada persona entienda que tiene el permiso -y la responsabilidad- de aportar desde su creatividad, de proponer, de liderar pequeños cambios que, sumados, pueden transformar toda una organización.

Intraemprender no es “hacer más”. Es pensar distinto.

Es preguntarse: ¿qué podemos hacer mejor?, ¿qué es realmente valioso para nuestros clientes?, ¿cómo contribuyo a construir lo que soñamos como equipo? Y para llegar ahí, necesitamos cultura. Necesitamos conversación. Necesitamos líderes que escuchen.

Las empresas que enseñan a sus equipos a emprender desde adentro no solo desarrollan habilidades: despiertan identidad, fortalecen la confianza y abren espacio para que cada persona encuentre sentido en lo que hace. Y cuando eso ocurre, la innovación fluye de manera natural.

En Mompreneurs Colombia lo hemos visto una y otra vez: cuando un equipo se reconoce como protagonista, cuando una mujer comprende su propio valor, cuando alguien descubre que su idea sí puede convertirse en acción… algo cambia. Surge una energía que impulsa, que renueva, que inspira. Ese aprendizaje —nacido del acompañamiento real en procesos de propósito, liderazgo y crecimiento humano— es el que hoy llevamos a las compañías que quieren construir culturas más vivas, más conscientes y más orientadas a resultados con sentido.

No desde la teoría, sino desde la experiencia de ver cómo las personas florecen cuando alguien cree en ellas. Cuando se les enseña a confiar en su capacidad de lograr, proponer y transformar. Desde el Club Mompreneurs, esta metodología y acompañamiento generan resultados medibles, con victorias tempranas que impulsan el ritmo de toda una organización.

El intraemprendimiento no es una metodología para innovar más rápido. Es una invitación a mirar el talento con otros ojos. A recordar que, cuando las personas encuentran propósito, la empresa encuentra dirección.

Por eso, quizá la pregunta no es si nuestras compañías están listas para innovar, sino si estamos preparados para activar el potencial que ya existe dentro de nuestros equipos.

Porque las ideas están ahí. La pasión también. Solo hace falta el espacio, la guía y la confianza para permitir que tomen forma y generen resultados que, a veces, sorprenden incluso a quienes las imaginaron.

María Paula Cárdenas, directora de Mompreneurs Colombia.