El expresidente brasileño Jair Bolsonaro —condenado en septiembre a más de 27 años por liderar una trama golpista— intentó, según la decisión del juez Alexandre de Moraes, romper la tobillera electrónica que lo vigilaba a las 00:08a.m. del sábado 22 de noviembre. Esa señal de manipulación del dispositivo coincidió con una convocatoria de simpatizantes frente a su residencia, lo que llevó al tribunal a ordenar su detención preventiva por “riesgo de fuga”.

La Policía Federal ejecutó la orden de arresto en Brasil y trasladó a Bolsonaro a una dependencia policial, donde se realizan exámenes médicos y trámites previos a un eventual ingreso en un centro carcelario. La medida, explicaron las autoridades, no equivale al inicio automático de la ejecución de la condena: se trata de una detención preventiva cuya finalidad principal es preservar el orden público y evitar una fuga.

¿Por qué la Corte actuó con rapidez?

La determinación del juez se apoyó en dos hechos: la detección de una “violación del equipamiento” —es decir, la manipulación del dispositivo de rastreo— y la existencia de una convocatoria pública (una vigilia anunciada por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro) que, según el auto, podía facilitar la salida de exmandatario. El tribunal consideró que la combinación de ambas circunstancias aumentaba significativamente el riesgo de fuga.

Bolsonaro había estado en arresto domiciliario desde agosto, sujeto a medidas cautelares que incluían la tobillera electrónica y otras restricciones —como limitaciones a sus movimientos y a ciertas comunicaciones— mientras agotaba recursos tras la sentencia se septiembre.

Sus abogados alegaron razones humanitarias por problemas de salud derivados de la puñalada de 2018 y solicitaron que la pena pudiera cumplirse en casa; la Corte, sin embargo, mantuvo medidas que ahora se han endurecido ante el episodio de la madrugada.

¿Qué dice el auto del juez?

En el auto citado por la Corte, el magistrado Alexandre de Moraes afirma que la información recabada “confirma la intención” de romper la tobillera para asegurar el éxito de una fuga y subraya precedentes recientes en lo que allegados al exmandatario habrían salido del país en circunstancias irregulares.

Desde la defensa del expresidente se anunció que se presentarán recursos y que se pedirá garantizar el seguimiento del estado de salud de Bolsonaro durante su traslado y custodia. Por su parte, sectores afines han convocado protestas; las autoridades han desplegado medidas para evitar que las concentraciones pasen a disturbios. La prisión preventiva se utiliza para “garantizar el orden público”, en un momento de alta polarización política.