SEMANA: Las autoridades estadounidenses quieren enviarle un mensaje a la comunidad latina: la frontera está “cerrada”. ¿Por qué está “cerrada”?

Adrian Alaniz (A.A.): La frontera está cerrada para la migración ilegal. La principal razón, y es lo que le digo siempre a mis agentes, es que quiero que todas las estadísticas estén en ceros: que ninguna persona se escape de nosotros. El motivo es que, si yo no sé quiénes son estas personas, ellos pueden ser personas malas entrando a nuestro país de forma ilegal, así que no los queremos en el país de forma ilegal. Quiero cero aprehensiones porque quiero cero entradas irregulares. No sabemos quiénes son estas personas, tampoco cuáles son sus intensiones y vamos a procesar a cada persona. La frontera está cerrada para la migración ilegal y queremos mantener a todos los extranjeros criminales fuera de nuestras comunidades.

SEMANA: ¿Qué le puede pasar a un migrante que sea aprehendido en la frontera sur de Estados Unidos, ingresando desde México?

A.A.: Si un migrante entra de forma ilegal, el tiempo que pasa con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (U.S. Customs and Border Protection) es muy mínimo. No los estamos deteniendo por extensos periodos de tiempo, todo lo que hacemos es procesarlos: tomamos toda su información, determinados de dónde son y cómo llegaron hasta acá, si el pagaron a los traficantes, analizamos si hay un caso de tráfico. Ese proceso no es muy largo. Entonces, son enviados de forma inmediata a su país de origen; si tienen historial criminal, los procesamos ante un juez para que sean enviados a la cárcel. En algunos casos, cuando hay circunstancias especiales.

Adrian Alaniz, Jefe de División de Law Enforcement Operations en el sector de Big Bend, en la frontera sur de Estados Unidos. | Foto: Semana

SEMANA: Cuando las personas han sido identificadas por ustedes, ¿existe alguna oportunidad de que los migrantes irregulares puedan quedarse en el país?

A.A.: Si una persona llega de forma legal, claro que es posible. Esto requiere llegar a través de un puerto de entrada, hacer el proceso correcto, aplicar por una visa. Si alguien de otro país llega a través de un puerto de entrada, claramente podrá entrar.

SEMANA: Los aprehensiones a migrantes irregulares se redujeron en un 37 por ciento en el último año, entre octubre de 2024 y octubre de 2025. ¿Cuál es la explicación de ese decrecimiento?

A.A.: Es una combinación del trabajo duro que están haciendo los agentes de la Patrulla Fronteriza en los check points y del mensaje que está llegando al sur de que las personas que crucen de forma ilegal serán arrestadas y enviadas de regreso a sus países. Ese mensaje, combinado con el factor de que no queremos permitir que los carteles y traficantes tengan más dinero, ha llevado a este resultado. El mensaje en claro: las personas son arrestadas y enviadas de regreso.

La patrulla fronteriza de Estados Unidos monitorea la frontera con drones que les permiten identificar el tránsito de los migrantes por la zona. | Foto: Juliana Gil Gutiérrez / Semana

SEMANA: ¿Cuál es la diferencia de las políticas fronterizas del gobierno de Joe Biden y las que se están implementado ahora con la administración de Donald Trump?

A.A.: En la anterior administración las personas eran retenidas, procesadas y podían entrar al país para esperar una fecha en la que se presentarían ante la Corte. Ahora, si bien sí son procesados sobre su entrada ilegal, estas personas saben que han cometido un crimen y serán enviadas de regreso. Esa norma siempre ha estado allí, no hay un cambio en la ley, simplemente la estamos haciendo cumplir.

La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos monitorea la frontera sur, en su límite con México, con cámaras que detectan el movimiento de migrantes por la zona limítrofe. | Foto: Juliana Gil Gutiérrez / Semana

SEMANA: Un migrante puede cruzar de México a Estados Unidos caminando en un día, pero en ocasiones ese tránsito le toma varios días. ¿A qué se debe esa diferencia de tiempo?

A.A.: Los carteles explotan a los migrantes. Ellos no ven a los migrantes como seres humanos, sino que son su mercancía. Los explotan, les mienten, les piden dinero para estar en el lado mexicano y luego les piden más plata para atravesar o quedar seguros en Estados Unidos. Sin embargo, cuando llegan a sus destinos en otras ciudades, les vuelven a cobrar. Hay muchas mentiras y explotación. A veces el cartel pone un precio, el traficante pone otro, y esto lleva a los migrantes a tomar rutas más largas.

*Periodista de SEMANA fue invitada a Texas por el Departamento de Estado de Estados Unidos y la Embajada de Estados Unidos en Bogotá.