La policía civil de Río de Janeiro, Brasil, decidió publicar las imágenes que muestran el momento exacto en el que el jefe de la facción Comando Vermelho en Mato Grosso, Ederson Xavier de Lima, es capturado mientras disfrutaba del sol en una concurrida playa de la ciudad.
El hombre, conocido como Boré, fue arrestado en una playa de Niterói en la Región Metropolitana de Río el pasado domingo, 28 de septiembre.
En las imágenes, el hombre aparece sentado en una silla de playa, acompañado de dos hombres que también fueron detenidos por las autoridades brasileñas ya que tenían en su poder documentos falsos.
Boré tiene antecedentes penales por receptación, tráfico de drogas, extorsión y crimen organizado, y según el medio de comunicación G1, tenía una orden de captura emitida por el Juzgado Penal 13 de Cuiabá y utilizaba un documento falso al momento de su arresto.
Según el medio, el sospechoso había estado siendo monitoreado por la policía durante los últimos cinco días antes de la aprehensión, que se llevó a cabo en la playa.
La operación se completó después de recibir información estratégica de la policía civil de Mato Grosso y la Dirección General de la Capital, Río de Janeiro.
En el video se puede ver a las tres personas conversando tranquilamente y bebiendo alcohol cuando agentes de policía no identificados se acercaron para entregar la orden de arresto.
Al ser abordado, Ederson intentó hacerse pasar por otra persona, presentando documentos falsos y afirmando llamarse Víctor Hugo Fernandes, sin embargo, los agentes confirmaron su verdadera identidad y lo arrestaron.
Natural de Cuiabá (MT), Boré acumulaba ya al menos ocho sentencias previas por distintos delitos, entre ellos tráfico de drogas, receptación de objetos robados, extorsión y pertenencia a una organización criminal.
En el año 2013, Ederson Xavier de Lima fue objeto de una orden de detención dictada por el 13.º Juzgado Penal de Cuiabá.
Dicha orden disponía su arresto con el fin de que cumpliera una condena firme por tráfico de estupefacientes, después de haber sido sorprendido con cantidades considerables de droga: 2.604 kg de cocaína y 2.085 kg de marihuana.
La pena impuesta ascendía a siete años y seis meses de cárcel, a cumplirse inicialmente en régimen cerrado.
Asimismo, la sentencia establecía tanto la confiscación de los bienes relacionados con la actividad ilícita como la destrucción de la droga incautada, según O’Globo.