En la mañana de este 28 de abril, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, propuso, por medio de un comunicado de prensa expedido desde la Casa Blanca, que los bienes confiscados a los oligarcas rusos en ese país puedan ser destinados para ayudar a Ucrania, y de esta forma compensar los daños causados por Rusia desde la invasión que el presidente de ese país, Vladimir Putin, ordenó el pasado 24 de febrero.

De acuerdo con la Presidencia estadounidense, la idea es liquidar los bienes “cleptocráticos”, con el fin de “transferir” a Ucrania el dinero obtenido tras esta operación, y de esta forma “remediar los daños (al pueblo ucraniano) por la invasión rusa”.

Así, Joe Biden pretende imponer nuevas sanciones económicas al Gobierno ruso, atacando a parte de los oligarcas que han patrocinado la intervención militar de su país en territorio ucraniano.

Según la Casa Blanca, el país ha “sancionado y bloqueado buques y aeronaves por valor de más de mil millones de dólares, así como congelado cientos de millones de dólares en activos pertenecientes a las élites rusas en cuentas estadounidenses”.

En total, y con la ayuda de la Unión Europea, Estados Unidos ha podido congelar más de 30 mil millones de dólares en activos rusos, de los cuales, al menos 7 mil millones de dólares corresponden a patrimonio confiscado como yates, viviendas, obras de arte e incluso medios de transporte como helicópteros.

Además, es importante señalar que esta propuesta hace parte de una serie de medidas que el presidente de Estados Unidos enviará al Congreso de la República, en las que también solicita al parlamento un aumento de los fondos de ayuda para las Fuerzas Militares ucranianas y de esta forma apoyar a dicho país en medio del conflicto bélico.

Hasta la fecha, el gigante norteamericano ya ha dirigido más de 3 mil millones de su presupuesto en armas enviadas a Ucrania, aunque Biden espera que las nuevas propuestas ayuden a que este fondo dure, al menos, hasta octubre de este año.

¿Un contraataque a Rusia?

Para muchos expertos, las acciones de Biden nacen como respuesta a las sanciones que Rusia ejecutó en contra de algunos países europeos, con el gas como principal recurso implicado en medio del “ataque” comercial.

El 26 de abril se conoció que Gazprom, empresa encargada de la mayor parte de las exportaciones de gas en Rusia, decidió suspender el suministro de este recurso natural a Polonia y Bulgaria, ambos países implicados indirectamente en el apoyo al Gobierno ucraniano y a su gente durante la guerra.

“Hoy, Bulgargas EAD recibió la notificación de que los suministros de Gazprom Export serán suspendidos a partir del 27 de abril de 2022″, explicó el Ministerio de Economía de Bulgaria en un comunicado oficial.

Mismo mensaje fue el que recibió Polonia por parte de las autoridades rusas: “Gazprom informó a PGNiG de su intención de suspender completamente los suministros en el marco del contrato Yamal (...) el 27 de abril”.

No obstante, ambos países aseguraron que esta no es una situación que preocupe en gran manera a sus respectivos gobiernos, ya que informaron estar preparados para “el cierre de la llave” de Gazprom.

“No habrá escasez de gas en los hogares polacos (…) Desde el primer día de la guerra, declaramos que estamos preparados para la plena independencia de las materias primas rusas”, dijo en Twitter la ministra del clima, Anna Moskwa.

Por su parte, Bulgaria comunicó que, pensando en esta situación que ahora es real, había preparado “acciones para encontrar acuerdos alternativos para el suministro de gas natural”.

“Si es necesario, resolveremos los problemas derivados del estado de las personas que figuran en la lista negra para organizar contactos de alto nivel”, recalcó el ejecutivo búlgaro.

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