La estadounidense Jennifer Jamali, de 34 años, vivía en un suburbio de Austin, estado de Texas, junto con su esposo de origen colombiano.

Después de varios sucesos que afectaron la vida de ella y su familia, resolvieron mudarse a Bogotá, Colombia, en mayo de 2025, donde viven felices con la compañía de la familia de su esposo y sin pagar alquiler en la vivienda donde residen.

Jennifer Jamali está casa con un colombiano y fueron a vivir a Bogotá, la capital del país cafetero | Foto: x

En declaraciones a Business Insider, Jamali asegura que viven en un “barrio tranquilo y accesible a pie, a unas dos cuadras de casa de mis suegros”.

“Cuidan a los niños cuando necesitamos ayuda, como ahora mismo, cuando estamos enfermos y están cuidando a mi hija. Nos encanta contar con su apoyo”, agrega.

La familia vive en un apartamento de los padres de su pareja, por lo que no les cobran nada por estar allí.

La vivienda

Su apartamento tiene 84 metros cuadrados. “mucho más pequeño que la casa de 167 metros cuadrados y cuatro habitaciones en la que vivíamos en Austin. Definitivamente, nos mudamos a una casa más pequeña, y a veces echo de menos mi patio trasero. Pero viviendo aquí, me doy cuenta de que no necesitamos tanto espacio”, dice la mujer.

Sostiene que en Bogotá los apartamentos son más pequeños debido a la cultura de la capital, ya que “llevan un estilo de vida activo” y “nadie se pasa el día sentado viendo la tele”.

“Bogotá tiene una cultura cálida y centrada en el ser humano. Mis días están llenos de microconexiones donde saludo a mis vecinos y ellos me reconocen”, dice Jamali, satisfecha con el estilo de vida que lleva ahora.

Las cuentas de la familia

Jamali dice que su esposo y su hija están afiliados al sistema de salud, que cuesta 120 dólares al mes. El servicio a domicilio tiene un valor menor de US$ 35.

“La mayor reducción en nuestros gastos mensuales ha sido en el cuidado de niños: la guardería pasó de $ 1.200 al mes a $ 300″, menciona.

La pareja alquila la casa en Austin en Airbnb y VRBO como alquiler a medio plazo. “Está completamente reservada desde julio. Nuestro inquilino actual se quedará de agosto a octubre, y hemos ganado casi $ 4.000 con su estancia”, agrega.

Además, el cambio de dólares a pesos colombianos permite que gasten menos que en su país de origen mes a mes.

Tras pasos frustrados en Texas, la mujer exalta la tranquilidad que siente en Colombia, y asegura que no piensa volver a Estados Unidos.