Mientras el fin de semana se llevaba a cabo el homenaje de despedida al activista Charlie Kirk, en otro escenario se celebraba el Riot Fest, un evento de música rock que se robó el show al decapitar, frente a los asistentes, dos muñecos que representaban a Donald Trump y a Elon Musk.
El impactante gesto ha dejado a muchos cuestionando los límites de la provocación en eventos artísticos y populares.
¿Qué pasó en el Riot Fest?
El muñeco de Musk tenía la camiseta característica del Departamento de Eficiencia Gubernamental y fue decapitado durante la presentación de la banda de heavy metal Gwar.
Musk no fue el único que resultó decapitado. También salió al escenario un muñeco que representaba al presidente Donald Trump, al que también le quitaron la cabeza.
Ambos muñecos estaban diseñados para lanzar supuestos chorros de sangre al público, en el momento en el que se realizaron las decapitaciones.
Varios de los asistentes no resistieron la tentación de compartir las particulares imágenes del hecho por las redes sociales.
¿Qué reacciones generaron las decapitaciones?
El incidente en el festival de música rock ha provocado una serie de reacciones tanto en las autoridades locales como de los involucrados en el mundo del entretenimiento y la música.
Las opiniones están divididas y lo que queda claro es que el arte, la música y la cultura siempre han sido espacios propicios para la crítica, y que la muerte del activista ha encendido los ánimos frente a la coyuntura actual norteamericana.
Asimismo, ha puesto en el radar una vez más el enfrentamiento entre Elon Musk y Donald Trump, así como las polémicas de la actual administración.
Como mano derecha del presidente durante los primeros meses de mandato, para nadie es un secreto que el paso de Musk como asesor del Gobierno ha sido uno de los más polémicos.
Abren investigación por lo ocurrido en el Rio Fest
Por otra parte, las autoridades locales han iniciado una investigación sobre el incidente, ya que puede ser tomado como una incitación al odio o hacia comportamientos violentos.
“Lo que sucedió durante el festival fue un acto simbólico que, aunque controversial, debe ser evaluado dentro del marco de la libertad de expresión. No obstante, si se determina que este acto cruzó la línea hacia el incitamento al daño físico o a la violencia, las autoridades tomarán medidas apropiadas”, declaró un representante del Departamento de Policía en una entrevista con el periódico The Guardian.
Algunos representantes de la industria musical consideran que este hecho hace parte de la libertad artística, mientras que para otros, va en contra de la ética en el arte.
El senador demócrata Chuck Schumer expresó en una conferencia de prensa que, “aunque la libertad de expresión es fundamental en nuestra democracia, los gestos que involucran violencia, incluso simbólica, no deben ser parte de nuestros valores colectivos".
Por otro lado, la activista y filósofa de la cultura contemporánea Naomi Klein defendió el acto, argumentando: “El uso de figuras públicas en el arte como una forma de resistencia es tan antiguo como la misma protesta. A veces es necesario ir más allá de las palabras para hacer que se escuchen las críticas”.