Los aranceles impuestos por el actual mandatario, Donald Trump, siguen expandiéndose y está vez se le impuso un alto impuesto a camiones medianos y pesados que no se fabriquen en Estados Unidos.

A través de su cuenta en Truth Social, Trump afirmó que “a partir del 1 de noviembre de 2025, todos los camiones medianos y pesados ​​que ingresen a los Estados Unidos desde otros países tendrán un arancel del 25 %“.

Este tipo de camiones cargan toneladas de productos o maquinarias. | Foto: Ascent Xmedia GmbH

Aún no está claro si el gravamen anunciado se suma a los ya existentes, o reemplaza a los impuestos aduaneros que rigen en la actualidad.

En julio, se había incrementado el arancel a este rubro en un 10.74%, generando preocupación en el sector automotriz estadounidense, y también en los sectores económicos que dependen del transporte de carga vía terrestre.

La industria afectada

Estados Unidos no produce la cantidad necesaria de camiones pesados para solventar la demanda interna, por lo que varias compañías optan por importar vehículos de otros países.

Según el Departamento de Comercio, en 2024 ingresaron al país norteamericano alrededor de 245.000 camiones de este tipo, lo que representó un movimiento de más de 20.000 millones de dólares para todas las partes involucradas.

Este tipo de vehículos mueven más del 70% de la carga del país, que representan más de 800.000 millones de dólares. | Foto: x

México es uno de los países que más aporta dichos vehículos a EE. UU., con múltiples empresas explotadoras.

En un análisis de Bloomberg, se menciona que International Motors LLC, con sede Illinois, importa el 98% de sus camiones desde fábricas de ensamblaje ubicadas en el país azteca.

Otras empresas que se verían afectadas son Kenworth de Paccar Inc, Freightliner de Daimler Holding AG o Mack Trucks Inc. perteneciente a Volvo.

Así bien, este tipo de compañías presentarían un aumento de precios en todos los niveles, llegando incluso a afectar a los consumidores.

Si el transporte de cualquier insumo sube sus costos, el producto final también será más caro y dichas cadenas podría repercutir en la economía a nivel general.

Estas medidas arancelarias hacen parte de las políticas proteccionistas, que tienen como objetivo impulsar la industria nacional, incentivando la producción en Estados Unidos y bajar la dependencia de productos extranjeros.