El nivel del río Magdalena en el departamento del Atlántico sigue en aumento. Cada día supera la cifra del anterior y la alerta se mantiene a nivel regional.

Esta mañana, el reporte más reciente indica que el agua alcanzó los 8,70 metros. Un dato que no solo representa una advertencia por el inminente riesgo de inundación a la población, sino que está afectando algunas actividades económicas como la pesca.

Jesús Lopera Rueda, presidente de la Asociación de Pescadores departamental, habló con SEMANA y se mostró preocupado. Aseguró que los inconvenientes con la pesquería siempre son reiterativos y se traducen en que los problemas de sedimentación suponen un obstáculo para el oficio. Pero este año, la situación es particular.

Dijo que la creciente súbita del afluente acrecienta las dificultades porque pone en evidencia la suciedad del agua. “Ahora mismo el mar está muy sucio. Y como esta crecido, está botando bastante sedimentación, tarulla y basura”.

“Hay veces que el nailon se enreda con la basura, se parte o se pierde el pescado”, agregó.

Las afectaciones comienzan a sentirse en el bolsillo. Lopera expresó que anteriormente, para esta época, lograba pescar alrededor de 100 kilos de pescados, Y actualmente esos números se reducen a 20 o 30 kilos.

“El año pasado, a estas alturas, ya yo tenía la ropa asegurada para mis hijos para las fiestas de la Virgen del Carmen. Hoy en día no le he comprado nada”, aseguró.

El líder gremial explicó que un kilo de pescado lo vende a $10.000 pesos. En ese sentido, si un día alcanza una pesca de 20 kilos, sus ingresos equivalen a $200.000 pesos. Pero como él dice " todo eso es pérdida”. De esos $200.000 tiene que descontar los gastos en términos de gasolina para la lancha, comida para los 4 marinos y el capitán que los acompañan en la faena, el transporte para movilizar los elementos hasta el sitio de pesca y otros egresos que en total, según él, suman $180.000 pesos. “Solo me quedan 20.000 de ganancia”, lamentó.

Jesús pesca a 15 minutos de la bocatoma del río, en un sector cuya distancia corresponde desde bocas de ceniza a puerto Colombia. Al tiempo que da a conocer su situación, hace un llamado a Cormagdalena. En reiteradas ocasiones han clamado por una efectividad en el dragado que les permita trabajar, así como una mayor intervención para disminuir la presencia de tarulla y demás basura.

Pero las quejas en el dragado se han convertido en una constante, no solo para pescadores sino para distintos sectores. En lo que concierne a la pesca artesanal aquella que utiliza técnicas tradicionales con poco desarrollo tecnológico, la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena asegura que han apoyado a algunas asociaciones.

Recientemente informaron sobre una inversión para fomentar e impulsar las actividades pesqueras.

“Mantener fresca la pesca del día, transportarse rápidamente, promover el turismo de sus zonas y proveer para sus familias y vecinos será más fácil para los habitantes de las unidades territoriales de los barrios Siape, Las Flores y el corregimiento La Playa, gracias a la segunda entrega de insumos a las comunidades ribereñas de Barranquilla. Estos tres sectores recibieron este sábado equipos y elementos de seguridad y pesca por valor de más de 240 millones de pesos, los cuales impulsarán su actividad económica principal como es la pesca artesanal y les ayudarán a la generación de nuevos proyectos productivos y turísticos; impactando positivamente, de manera directa e indirecta en los más de 50 mil habitantes que residen en estos barrios”, informó la entidad el pasado sábado 2 de julio.

Pero en Puerto Colombia el gremio sigue pidiendo mayor atención. Aunque exigen acciones por parte de Cormagdalena, la entidad manifestó que quienes tienen mayor competencia sobre ellos es La Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP).