El 10 de julio de 2017, y bajo el asunto ‘Remisión compulsa de copias investigación electoral campaña Mano Firme, Corazón Grande 2014-2018′, la Fiscalía General le informó al entonces presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Alexánder Vega Rocha, sobre el envío de dineros de la multinacional brasileña Odebrecht a la campaña de Óscar Iván Zuluaga.
En el documento de seis páginas, el ente investigador –quien para entonces era liderado por Néstor Humberto Martínez– envío copia de las declaraciones rendidas por varios directivos de Odebrecht en Brasil y en Colombia sobre la forma cómo habían enviado dinero directamente a la campaña presidencial. “Odebrecht destinó la cifra de USD 1,6 millones, relacionadas con la citada campaña”, se destaca en uno de los apartes del documento.
Este dinero fue utilizado para la contratación del publicista José Eduardo Calvacanti de Mendonça, más conocido como Duda Mendonça. Por esto le advirtió que existía información clara y contundente sobre el envío de este dinero. “Compartimos con esa Corporación TODOS los elementos materiales probatorios de naturaleza testimonial y documental que a la fecha tiene en su poder la Fiscalía General de la Nación y que le permiten concluir, certeramente, que en relación a la campaña presidencial 2014-2018 Odebrecht asumió costos relacionados con la misma y que los dineros se pagaron desde el Departamento de Operaciones Estructuradas”.
En otro de los apartes del documento, firmado por el fiscal tercero seccional del grupo de delitos transnacionales, se señala que toda la documentación fue enviada directamente al despacho del magistrado Carlos Camargo Assis, actual defensor del Pueblo, y quien en ese momento tenía la investigación contra la campaña de Zuluaga.
Para el próximo lunes 10 de julio quedó programada la audiencia en la que la Fiscalía General le imputará los delitos de falsedad en documento privado, fraude procesal y enriquecimiento ilícito al excandidato a la Presidencia Óscar Iván Zuluaga por el caso Odebrecht.
En esa diligencia, el documento de 2017 será fundamental para demostrar el ingreso del dinero de Odebrecht a la campaña por la Presidencia. El ente investigador argumentará que Zuluaga intentó, además, eliminar toda la evidencia que pesaba en su contra.
La base de la imputación contra Óscar Iván Zuluaga es la declaración que rindió el exgerente del Invías Daniel García Arizabaleta y que fue revelada en exclusiva por SEMANA. En la misma, el exfuncionario detalló la forma en que Zuluaga tuvo contacto directo con la multinacional brasileña para la etapa final de su campaña en 2014 y las acciones que tomó para borrar cualquier evidencia.
En su más reciente edición, SEMANA reveló dos audios de 59 y 43 minutos que le entregó García Arizabaleta a la Fiscalía en el marco de su proceso de colaboración tras la firma de un principio de oportunidad que fue avalado por un juez de garantías.
En los dos audios, se escucha a Zuluaga explicarle a García –quien fue una de las personas más cercanas durante su campaña– lo que estaba ocurriendo y las acciones que iban a tomarse para evitar cualquier vinculación con el escándalo y proteger a toda costa a su hijo, David Zuluaga, quien fue uno de los gerentes.
García Arizabaleta grabó a Zuluaga en extensas conversaciones privadas que sostuvieron en oficinas en Bogotá y tal vez en una ocasión en Lima, después de la derrota que sufrieron en la segunda vuelta presidencial frente a Juan Manuel Santos.
Los audios son impactantes y muestran al verdadero Zuluaga, que durante años negó saber de la entrada de dineros de Odebrecht, la multinacional de los sobornos, a su campaña. Es el mismo Zuluaga que, en 2022, volvió a aspirar a la Presidencia y, nuevamente, frente a las cámaras, negó de manera insistente su responsabilidad.
Un primer episodio muy revelador de los audios muestra cómo Zuluaga le contó a García Arizabaleta que le confesó toda la verdad a un sacerdote, a quien le dijo que era culpable y sabía lo que hacía.
“El padre Arturo es un sacerdote muy especial. Cuando arranca todo esto, fui a donde él. Lo conocimos porque fue quien trajo a Emaús, él formó a las primeras personas de Emaús, a mi señora. Él es un padre que tiene su congregación propia y tiene una casita ahí en la 85 antes de llegar a la paralela. Entonces, su casa es su iglesia, es un sitio de oración y de diálogo especial”, le cuenta Zuluaga a García Arizabaleta, quien solo exclama: “Pero qué bonito”.
El excandidato continúa: “Por eso quería que nos viéramos allá, porque yo quisiera que usted charlara con él”. García acepta la invitación. “Pues yo voy a hablar con él…”. En ese momento, el diálogo se torna más revelador. Zuluaga dice: “Yo fui y le dije, ‘padre, dígame una cosa, yo qué debo hacer’. Le conté la verdad de las cosas”. Sorprendido, García le pregunta: “¿Le contó toda la historia?”.
Zuluaga no dudó en decirle que sí. “Le dije: ‘Padre, yo lo sabía, esto ocurrió así, yo quiero que me diga qué debo hacer, desde la luz, yo soy un hombre de fe, católico’, y me dijo algo sabio, y por eso quería que usted hablara con él. Me dijo: ‘Uno tiene que protegerse a sí mismo ante la maldad de los demás. A usted nada lo obliga a no protegerse y proteger a su familia’. Incluso me lo dijo: ‘Eso está en la fe, habla de la restricción mental, usted no tiene por qué inmolarse’”.
El excandidato se había desahogado con el padre Arturo (Uría) y le aconsejaba a García que hiciera lo mismo. “Esa fue una charla de una hora que me cambió a mí mucho la perspectiva, porque él me dijo: ‘Usted está rodeado de cuánta maldad (...)’. La semana pasada, cuando sale todo este problema otra vez, que la Fiscalía, que las pruebas, volví y hablé con él y le dije: ‘Padre, ¿yo qué debo hacer?’. Y volvía y me insistía: ‘Usted tiene que protegerse’”.
“Un secreto de sangre”
En este momento del diálogo queda clara otra verdad, guardada por años desde la campaña presidencial de 2014 y después de que estalló el escándalo de Odebrecht. Hubo un pacto de tres. Zuluaga le dijo: “Le hablé (al padre) de usted”. García Arizabaleta le preguntó: “¿Qué le dijo?”.
“Le dije: padre, aquí hay un secreto que hemos tenido con Daniel y con mi hijo, un secreto de sangre que hemos compartido y él me dijo: ‘no, no, no’. Por eso es que quería que fuéramos a hablar con él”. Tras escuchar a Zuluaga, García Arizabaleta se reafirma: “Yo quiero ir a hablar con él”. Zuluaga le refuerza: “Es aleccionador”. Pero García Arizabaleta le pone una condición: “Pero voy a hablar con él solo”. Zuluaga acepta, y de inmediato García Arizabaleta le pide: “Cuádreme la cita y le dice que voy a hablar con él”.
De inmediato, el excandidato le reitera lo importante que fue para él hablar con el padre Arturo. “Él me iluminó, Daniel, me habló de la restricción mental, que es un principio moral. Usted tiene que protegerse y tiene que proteger a su familia, jueputa, usted está rodeado de mucha maldad y le han hecho mucho daño, usted no tiene derecho a inmolarse. Uno, en principio, dice: ¿yo qué hago? Me dijo: ‘No, no, no, protéjase, piense en usted, piense en su familia, usted tampoco tiene derecho a inmolarse’”.
Zuluaga le dice a García Arizabaleta que, por esos consejos del padre, quería programar una reunión con él en la casa donde el religioso vive, cerca de la zona rosa de Bogotá.
En todas las conversaciones, Zuluaga expresaba una gran preocupación por la situación que vivían. Pero su mayor angustia era su hijo David. “Es que, Daniel, para mí es papá e hijo, la familia no resiste más esta mierda (...). El desespero es muy grande, la circunstancia para mí es muy difícil (...), esto es un infierno”.
Buscando tranquilizar a García Arizabaleta, Zuluaga le asegura que, si todo se descubre, él está dispuesto a responder ante la justicia. “Ahora lo que queda claro es, y por eso es bueno que usted hable con el abogado, desde ningún punto de vista esto tiene efectos administrativos, sancionatorios o penales, en el caso suyo. A quienes puede afectar es a David, representante legal, y a Óscar Iván, candidato”.
Y Zuluaga va más allá: “Yo creo que usted tiene que saber manejar este caso porque usted dice: ‘Esa mierda, no dejarse arrinconar’. Para el único que tiene implicaciones es para mí y para David, y tendré que asumir toda la responsabilidad si me toca en algún momento, por encima de todos, para proteger a David, para protegerlo a usted y para protegerlos a todos. Si tengo que asumir esa responsabilidad, porque es inevitable, la asumo, porque mi espíritu es ese”.
Y le insiste: “Mi sentido de la amistad, de la lealtad, es ese, y pienso también que si mañana tengo que asumir una responsabilidad, con eso estoy protegiendo a David, también lo estoy protegiendo a usted y a todos. No voy a eludir mi responsabilidad, ni me voy a esconder, ni voy a lavarme las manos con nadie. Yo no actúo así, o sea, tenga claro eso”.
Aún hoy, con pruebas irrefutables en su contra, Zuluaga no ha aceptado su responsabilidad y, por el contrario, sus abogados radicaron una tutela para tratar de tumbar el principio de oportunidad de García Arizabaleta.