Suena el Tik Tak de hoy viernes 27 de enero en SEMANA, y suena por los lados de un anuncio que se consideraba inevitable, pero que antes se había demorado demasiado. Se trata de la salida de Felipe Bayón, el presidente de la empresa más grande del país, Ecopetrol.
El hecho de que su junta directiva inicialmente lo hubiera respaldado fue interpretado como un gesto que inspiraba confianza en el pulso por contener o hacer responsable la velocidad con la que el Gobierno pretende liberarse de los combustibles fósiles, pero la esperada fecha de salida del funcionario general finalmente llegó.
Se va el próximo 31 de marzo y la pregunta es: ¿renunció o lo ‘renunciaron’? A Bayón no se le ha visto muy activo en la película llamada Irene Vélez. Incluso, no ha estado presente en los más recientes debates generados por la ministra, como lo relacionado con el informe de su Ministerio, que tanta polémica ha generado las últimas horas sobre las reservas que tendría el país en petróleo y en gas.
El informe ha sido señalado de adolecer de delicados problemas técnicos; no obstante, sirvió de fundamento para los anuncios del Gobierno acerca de la suspensión de contratos de exploración y explotación petrolera. Repito entonces la gran pregunta: luego de cinco años en su cargo, ¿renunció o lo ‘renunciaron’?
Las apuestas van por lo segundo, por razones que se caen de su peso. A Bayón se le defiende su gestión por las mismas razones por las que Petro no quiere tener ese perfil de funcionario en la presidencia de Ecopetrol, es decir, por independiente, por exitoso y por eficiente en explorar y explotar. Por haber obtenido grandes beneficios para el país en el campo de su soberanía energética, algo que Petro quiere cederles a los venezolanos, a los saudíes o a ambos.
Pero las ganancias de 26,5 billones de pesos en el recorrido del año, alcanzando ingresos históricos por 119 billones de pesos, no las quiere conservar Petro.
Lo curioso es que, a pesar de su éxito en materia de resultados en la industria de combustibles, Bayón también ha invertido en la transición energética y ha sido pionero en la meta de reducción a cero de las emisiones de carbono para 2050, pero ha dicho que las transiciones tienen que ser ordenadas y planeadas.
Bajo la administración de Bayón se han realizado considerables hallazgos de gas off shore, o costa afuera, que señalan el gran potencial de gas que existiría en un futuro en el mar Caribe gracias a los cuales, en parte, el Gobierno puede anunciar reservas futuras de gas que sostienen que por eso necesitamos explorar más.
La siguiente pregunta es: ¿cómo se escogerá a su sucesor?, ¿con criterios técnicos o políticos?, ¿con un head hunter o buscador de talentos? o, como es muy probable, ¿se buscará un muy buen amigo de Petro? Si es lo segundo, el más opcionado sería Ricardo Roa, que encabezó el grupo de Energía de Bogotá cuando Petro fue alcalde y que, además, gerenció su movimiento de Colombia Humana.
El sucesor de Bayón debe tener, sin embargo, la independencia suficiente para hacer la transición que impone las épocas modernas, pero sin descuidar el abastecimiento que es el que genera los recursos que financian el gasto social del país.
Y la última pregunta: ¿cómo reaccionará con la salida de Bayón el precio o el valor de la acción de Ecopetrol?
Resumen: Ecopetrol busca presidente y al estudio del Ministerio de película de Irene Vélez sobre las reservas disponibles para la transición energética no le aparecen autor. El que lo haya escrito está escondido. Todos se tiran la pelota para liberarse de la responsabilidad de haber escrito un documento tan poco confiable como para basar en él el futuro de Colombia.