Bogotá tendrá, entre el 5 y el 8 de diciembre, la edición más ambiciosa del Festival del Tamal, una apuesta del Instituto para la Economía Social (IPES) que este año llegará a 66 puntos de venta distribuidos en 14 Plazas Distritales de Mercado y una plaza privada.
La capital se convertirá, durante cuatro días, en un gran escenario gastronómico que busca exaltar la memoria culinaria y dinamizar la economía popular en temporada de fin de año.
Los visitantes podrán adquirir un combo especial que incluye tamal, bebida caliente y arepa o pan por 10.000 pesos, una estrategia diseñada para incentivar la afluencia de público y garantizar que la oferta sea accesible para todos los bolsillos.
La directora del IPES, Catalina Arciniegas, destacó que estos festivales fortalecen la economía de vivanderos y vivanderas, y además promueven el retorno de los bogotanos a las plazas de mercado, espacios clave para la cultura alimentaria de la ciudad.
El lanzamiento oficial será el 5 de diciembre, a las 8:30 a.m., en la Plaza Distrital de Mercado de Las Ferias, donde habrá actividades culturales, espacios de interacción y demostraciones que resaltarán la diversidad del tamal colombiano.
La agenda busca atraer a familias y visitantes interesados en conocer nuevas preparaciones y en reconectar con un plato emblemático de la tradición popular.
En sus tres ediciones, el Festival del Tamal se consolidó como uno de los eventos gastronómicos más importantes de Bogotá: ha registrado más de 14.484 tamales vendidos, más de 145 millones de pesos en ventas y la participación de 121 establecimientos entre plazas y restaurantes.
Su crecimiento refleja la acogida del público y el impacto económico en los pequeños negocios vinculados a la cadena gastronómica local.
Este año participarán plazas como 20 de Julio, 7 de Agosto, 12 de Octubre, La Perseverancia, Las Cruces, Quirigua, Restrepo, Samper Mendoza, Trinidad Galán y Paloquemao, entre otras.
Allí se ofrecerán tamales tolimenses, santandereanos, chocoanos, vallunos, huilenses y costeños, elaborados por familias que han preservado recetas tradicionales por generaciones.