SEMANA: ¿De qué se trata la novena por Bogotá?

Daniel Saldarriaga: Cada año el Banco del Mundo de Bogotá realiza —esta es ya la cuarta ocasión— una novena por Bogotá. Con el apoyo del Movistar Arena, de la Alcaldía Mayor de Bogotá y de diversos artistas, logramos llevar a cabo una velada presidida por el Cardenal Luis José Rueda Paricio. Nuestro propósito es que las organizaciones y las personas que reconocen la labor del Banco de Alimentos nos apoyen y nos permitan seguir creciendo, porque un problema como el hambre en nuestra ciudad requiere que cada vez más personas nos unamos para continuar con esta lucha.

Banco de Alimentos de Bogotá. Foto Derechos de fotografía autorizada por Banco de Alimentos de Bogotá | Foto: Mauricio Mendoza

SEMANA: Padre, usted ha logrado convertir la generosidad de la gente en un motor de ayuda, ¿por qué cree que la gente se suma tanto a su obra?

Daniel Saldarriaga: La gente ha visto que estamos próximos a cumplir 25 años de trabajo transparente, y que muchas personas desean ayudar. La novena no tiene ningún costo oculto, porque el apoyo que recibimos del Movistar, de Tu Boleta, del Distrito y de los artistas es completamente gratuito para el Banco de Alimentos.

Los frutos de la novena provienen de la forma en que la gente se vincula a través de una donación. En la página del Banco de Alimentos, www.bancodealimentos.org.co, pueden encontrar 16 puntos de las tiendas D1 donde, comprando algunos kilos de granos, podrán colaborar y así obtener su entrada. Allá podrán ver a la Orquesta Filarmónica de Bogotá, Los 50 de Joselito, V de Vinilo y un invitado sorpresa.

La entrada no se convierte en algo exclusivo ni limitado; por el contrario, muchas personas sencillas se están sumando y participando. El gran deseo del Banco de Alimentos es que el esfuerzo que realizamos permita que cada vez más personas puedan hacer parte de esta iniciativa.

SEMANA: Padre, ¿Cuántos mercados espera entregar este año con esta iniciativa?

Daniel Saldarriaga: Este año, con la campaña de Navidad, ya hemos entregado cerca de 82 mil mercados, y nuestra meta es llegar a 100 mil. A lo largo del año hemos entregado aproximadamente 280 mil mercados, destinados a campesinos que apoyan al Banco de Alimentos en 32 municipios, a comunidades en Bastión y en las zonas más pobres y vulnerables de nuestra ciudad, así como a otros bancos de alimentos y regiones donde la necesidad es muy grande.

Actualmente, estamos brindando un apoyo importante a Valledupar, La Guajira y el Chocó —tanto a través de Quibdó como de Itsmina—, así como a distintas zonas de los Llanos, donde se están haciendo grandes esfuerzos por socorrer a las comunidades. La inseguridad alimentaria afecta hoy a cerca de 18 millones de personas en nuestro país, y nosotros alcanzamos a apoyar aproximadamente a 500 mil. Sin embargo, ese apoyo no logra cubrir por completo todas sus necesidades alimentarias, aunque representa un alivio significativo.

Banco de Alimentos: campaña en el Hospital Universitario | Foto: Banco de Alimentos: campaña en el Hospital Universitario

SEMANA: ¿De qué se trata NaviDar?

Daniel Saldarriaga: Sí, la Navidad es tiempo de compartir la esperanza. NaviDar es una campaña que nació hace más de 20 años con el apoyo especial de Carulla, en la época de don Samuel Azout. La idea es que las personas que sienten que tienen lo necesario, o que pueden ayudar incluso con un poco, se sumen. Hoy en nuestro país hay muchas ganas de ayudar; mucha gente quiere hacerlo, pero no siempre sabe cómo. En nuestra página www.BancoDeAlimentos.org.co es fácil donar, es fácil ayudar, y es fácil unirnos para que, de poquito en poquito, logremos la posibilidad de apoyar a muchas personas.

Hoy, por ejemplo, voy a conversar con un grupo de amigos que se unió para apoyar a 2.000 familias. También una empresa de La Guajira quiere ayudar a 2.000 familias, y la Pastoral Social de Valledupar está buscando socorrer a 3.000 familias.

Llamamos NaviDar por la unión de “navidad” y “dar”, como una invitación a que todos seamos solidarios. A todos nos gusta aportar un poco, contribuir con algo. Y quienes prefieran traer productos directamente, pueden llevarlos a la calle 19A, número 32-50.

SEMANA: Siguiendo con esta idea, ¿por qué es tan importante compartir en navidad?

Daniel Saldarriaga: Porque el corazón humano no encuentra tanta felicidad en lo que acumula como en lo que da. Muchos de nosotros hemos entendido que donar y ayudar debe ser un camino que elijamos recorrer. Sin embargo, hay quienes aún no saben bien cómo ayudar, cómo acercarse y ser solidarios. Cuando la solidaridad nos invita a compartir, nuestro corazón experimenta una alegría especial.

Uno no se imagina lo que significa llegar a una familia que vive en medio de invasiones en el sur o en el occidente de la ciudad, o en sectores profundamente pobres —familias que llamamos pobres de solemnidad— y entregarles un paquete alimentario en estos días.

Estos paquetes alimentarios también incluyen productos frescos, porque actualmente estamos rescatando alimentos en cerca de 32 municipios y 112 veredas. Los recursos que las personas nos confían permiten que sucedan cosas muy hermosas; la generosidad, verdaderamente, puede conducirnos a la paz.

Cualquier persona que tenga la necesidad puede acudir a estos lugares. | Foto: 2024 The Washington Post

SEMANA: ¿Cuál es el momento más conmovedor que ha vivido al ayudar al Banco de Alimentos y al llevar comida a los hogares?

Daniel Saldarriaga: Lo más conmovedor fue el año 2020, durante la pandemia. Nosotros pasamos de entregar cerca de 14 mil toneladas cada año entre 2015 y 2019, a entregar casi 30 mil toneladas en 2020, el año más crítico. Desde entonces, en 2021, 2022 y 2023 estuvimos alrededor de las 18 mil toneladas. En 2024 logramos entregar 20.356 toneladas.

Y en 2025, con la ayuda de Dios, esperamos superar las 22 mil toneladas.

SEMANA: ¿Qué significan estas ayudas para quienes las reciben?

Daniel Saldarriaga: No hay quien reciba más estas ayudas que las personas pobres. El Banco de Alimentos puede ser un gran aliado cuando alguien quiere ayudar de verdad, asegurándose de que su aporte llegue a quienes más lo necesitan.

Algunas personas se han sentido tristes porque desean ayudar, escuchan que en determinado sector hay niños muy necesitados, y a través de una Junta de Acción Comunal o de alguna asociación o fundación conocida, deciden llevarles regalos. Pero al llegar, se dan cuenta de que no conocían bien la institución y de que esos niños no eran realmente los más pobres entre los pobres, ni el sector era el más vulnerable. Entonces les llevan unas pizzas, unas hamburguesas o unos perros calientes, y resulta que, como no son niños tan necesitados, una pizza fría o una hamburguesa fría no los entusiasma mucho, porque ellos pueden comer eso caliente. Y cuando reciben un juguetico sencillo, su reacción no es la más feliz, dejando al donante con la sensación de que su esfuerzo no tuvo el impacto esperado.

Por eso es tan importante organizar bien las ayudas, para que lleguen verdaderamente a quienes las necesitan. En mi parroquia, por ejemplo, tenemos una campaña en Navidad para entregar cobijas a adultos mayores. Mi hija llega con su paquete de galletas navideñas, un cepillo y crema dental, un jabón de cuerpo, un jabón de ropa y un rollo de papel higiénico, porque todos los viejitos agradecen tener uno para sus cosas. Como ellos casi nunca reciben nada, se llenan de alegría con estos detalles. Y si ese detalle viene acompañado de una sonrisa, de un abrazo o de una palabra bonita como “nos alegra poder ayudarle”, el gesto se vuelve aún más especial. Necesitamos encontrarnos, y en ese encuentro hacer de la solidaridad algo verdaderamente significativo.

La Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá otorgó el premio Gonzalo Jiménez de Quesada al Banco de Alimentos de Bogotá. | Foto: Copyright

SEMANA: ¿Cómo se puede sobrellevar la Navidad cuando se ha perdido un ser querido, cuando ha habido una separación, alguna enfermedad?

Daniel Saldarriaga: Estamos viviendo el tiempo que prepara la Navidad en la liturgia de la Iglesia Católica, llamado Adviento. Adviento es una palabra que nos invita a preparar el corazón para el Jesús que vino, el Jesús que viene y el Jesús que vendrá: el que llegó en la primera Navidad, el que se hace presente cada vez que nos reunimos en la Eucaristía —a través de su Palabra y del milagro eucarístico— y el que vendrá cuando nos llegue la hora de partir al encuentro definitivo con Dios.

En este tiempo, nuestra espiritualidad debe impulsarnos a ser solidarios y a tener un corazón agradecido con Dios. Recordar a quienes ya no están con nosotros puede traernos tristeza, pero también puede motivarnos a hacer el bien que somos capaces de hacer, como un homenaje de gratitud y reconocimiento por todas las bondades que esas personas tuvieron con nosotros.