Lo primero que el presidente debe hacer como segundo decreto después de la posesión del gabinete será levantar todas las mesas de negociación de la llamada paz total y enfocarse en generar presencia del Estado en todos los territorios del país, especialmente en los más golpeados por la violencia. El proceso de empalme no puede ser ordinario: se necesita una auditoría forense. Con la ayuda de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) se puede dar claridad a los escándalos de corrupción que han golpeado al presente Gobierno, como el que se vivió en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).

Caricatura: Manuel Galán | Foto: Suministrada por Lucas Galán

El próximo Gobierno tiene que iniciar con total transparencia y claridad sobre la condición en que se recibe el Estado. Es primordial mostrar un respaldo a la fuerza pública, porque un Ejército desmoralizado es incapaz de dar protección a la población civil. Necesitan urgentemente un gobierno aliado. El recorte ministerial se tiene que hacer: el Ministerio de la Igualdad debe terminar en 2026. La igualdad es importantísima para sanar a Colombia; una nación con desigualdad equivale a un país con violencia. Es una relación directamente proporcional: la tasa de desigualdad influye en la tasa de criminalidad. Pero la igualdad no se logrará con un ministerio inútil, la igualdad y la justicia social se alcanzan con vías terciarias que conecten a los municipios más remotos del país. El próximo Gobierno tiene que tener en cuenta a la población marginal que este país ha olvidado durante años y que vio en el Gobierno actual una representación de sus ilusiones. Tristemente, las soluciones que aclamaban no fueron implementadas y me atrevo a decir que su situación empeoró con el Gobierno actual.

Una crisis que se avecina con ferocidad es la de la salud, el flagelo actual de millones de familias en el país. La situación del sistema de salud en Colombia hoy es de dimensiones cataclísmicas; esta crisis estallará con mayor impacto en el próximo Gobierno. El país necesita una visión técnica del panorama actual de la salud. Colombia no soportará más improvisación: se necesita encarecidamente una hoja de ruta clara de cómo dar solución a esta crisis. El país no necesita tigres ni leones; necesita un ejecutor que gobierne con pragmatismo, pero que no olvide los clamores de la gente. Le pido que no gobierne con sus amigos de universidad, sino que convoque y escuche a diversos sectores políticos para poder gobernar a Colombia de la mejor manera posible.

Dicen que en tiempos de crisis aflora el liderazgo. En este escenario, le pido al próximo presidente que se comporte como un líder, no como un caudillo; que realmente gobierne para los más de cincuenta millones de colombianos. Sueño con un presidente que pueda mirar a la cara a toda la gente que vive en este país, sin importar los colores políticos; que sea transparente y abierto con su vida personal; que sepa que llegar a la Presidencia conlleva hacer sacrificios, y tener una vida personal abierta ante todos los colombianos es uno de ellos. Le pido que escuche y que gobierne con autoridad.

Al próximo presidente le pido que la humildad sea su bandera y la ética su impulso.