Aunque los cuatro precandidatos a la Presidencia por el Centro Democrático aparecen en fotografías y ya definieron que antes del 15 de diciembre escogerán a quien los representará en el frente amplio de la derecha y centroderecha en marzo de 2026, las tensiones al interior del partido de Álvaro Uribe Vélez cada vez aumentan.
El exprecandidato Andrés Guerra, fiel seguidor de Uribe, le contó a SEMANA las razones que lo llevaron a dar un paso al costado en medio de la carrera presidencial. Aunque los números en las encuestas no parecían sonreírle, como a sus demás compañeros, prefirió regresar al Senado. La razón principal: una diferencia con Miguel Uribe Londoño, el padre de Miguel Uribe Turbay, quien asumió las banderas de su hijo tras su asesinato.
Guerra narró a SEMANA que hubo una reunión tensa donde el director del partido, Gabriel Jaime Vallejo, les informó a los cinco precandidatos a la Presidencia que Atlas Intel, la firma encuestadora que habían contactado para realizar una encuesta y definir el nombre del candidato único del uribismo, se comunicó con él y le informó que asesores de Uribe Londoño les habían planteado la posibilidad de hacer un tracking.
La confianza se resquebrajó, le dijo a SEMANA. Ninguno de los precandidatos —casi todos han guardado silencio— vio con buenos ojos las movidas bajo la mesa del equipo político de Uribe Londoño que, en caso de cristalizarse, lo hubieran favorecido. Establecer relaciones comerciales entre la campaña de Miguel Uribe Londoño y Atlas suponía una cercanía que podría generar desconfianza.
“Quisieron influenciar a una empresa en el exterior para tratar de tener una relación comercial o de negocios. En el sentido común se considera que eso no es ético ni moral. Es como ir a tocar al juez cuando va a dictar una sentencia. No debería pasar, pero aquí ocurrió“, explicó Guerra.
“Don Miguel nunca lo aceptó. Respondió que era posible que algún asesor lo hubiera hecho, pero que él no había dado esa orden. Yo le dije, con mucha claridad, que me costaba creer que un hombre de 73 años, con las características de él, no supiera. Dije que, para mí, era un escenario muy difícil de entender. Se alzó la voz. Don Gabriel Vallejo, en su rol de director, trató de tranquilizar las cosas y nos dijo que más bien nos volvía a contactar porque el ambiente era muy complicado y difícil”, añadió Guerra.
María Fernanda Cabal intervino en medio de la reunión y dijo que era inaceptable lo ocurrido.
“Después, don Miguel habló y manifestó que ese era un tema ético del partido. Cuando escuché eso, pensé que me correspondía hablar y lo hice. Dije que no creía que un hombre empresario, que ha sido exitoso, no supiera quién de sus asesores había contactado a Atlas. Que la conducta de él indicaba otra cosa, que le gustaba controlar todo y que así lo estaba haciendo. Eso generó un ambiente muy complicado esa noche”, expresó Guerra.
“Paloma Valencia se mostró extrañada en esa reunión. Todos quedamos como en shock. Paloma opinó que el tema no era fácil de asimilar; lo consideró complicado porque todos sabíamos que, tras lo ocurrido, se destrozaba la posibilidad de la encuesta del 28 de noviembre (como ocurrió). Don Miguel ha insistido en que María Fernanda Cabal, con algunos empresarios colombianos, ha tenido incidencia con Atlas, pero ella lo ha negado. Y yo le creo a Cabal”, dijo.
Tras lo ocurrido, “indudablemente”, hay una distancia entre los precandidatos y Miguel Uribe Londoño.
“Hoy no hay confianza. La actuación de los asesores de don Uribe Londoño, difícil; pareciera que tuvieran más peso que los propios precandidatos. Eso ha generado una molestia permanente y continua”, afirmó.
Andrés Guerra señaló que decidió exponer públicamente su versión de lo ocurrido y aclarar, según él, el papel que han tenido Álvaro Uribe Vélez y Gabriel Jaime Vallejo en el proceso de escogencia del candidato.
Uribe Londoño no se ha referido al tema; los demás precandidatos guardan silencio, al igual que Álvaro Uribe Vélez y el director del Centro Democrático, Gabriel Jaime Vallejo.