La senadora Lorena Ríos, del partido Colombia Justa Libres, se pronunció sobre la denuncia hecha por SEMANA en la que se revela que una menor de edad habría sufrido un procedimiento de cambio de género en la Fundación Valle de Lili que deja varios interrogantes.

“El caso de Laura me conmueve profundamente y por eso elevo mi voz de protesta. Ningún menor debería verse envuelto en decisiones médicas que pueden marcar su vida para siempre, especialmente cuando existen instituciones dispuestas a actuar desde posturas ideológicas antes que desde el cuidado integral y profesional”, aseguró la senadora.

Según dijo, ha insistido durante años en la necesidad de proteger a los menores de edad de este tipo de prácticas. Por eso, afirma que presentó el proyecto de ley 001 de Senado de 2025 denominado “Con los niños no te metas” que presentó hace dos años en la Comisión Séptima.

“No se trata de ganar un debate, se trata de que estas historias no se repitan. Hoy alzo la voz por ella y por cada niño que pueda estar siendo confundido o presionado. Nuestro deber es acompañar, orientar y proteger su inocencia”, agregó la senadora.

Según reveló esta revista, a la menor se le habría realizado un aparente diagnóstico erróneo y se realizó un tratamiento que hoy parece irreversible. Al parecer, no se habrían cumplido los estándares internacionales.

A Laura, una menor de 15 años, se le administró testosterona en una etapa que, aparentemente, no era la recomendada y luego unos bloqueadores de pubertad.

La senadora Lorena Ríos reclamó por este procedimiento.

El abogado Pedro Daniel Contreras, quien actúa como vocero de la fundación Nueva Democracia y apoderado de la presunta víctima, ha reclamado por lo que considera que fue un diagnóstico erróneo.

Los médicos le recomendaron a Laura una masculinización torácica que se llevó a cabo. Según reclamó el abogado no hubo un consentimiento informado correspondiente de las consecuencias médicas.


Todo el procedimiento comenzó en 2006 cuando Laura tenía cinco años. Ella había sido abusada sexualmente por parte de la empleada doméstica de su hogar, lo que le generó traumas que llevaron a que cambiara parte de su personalidad.

A los 14 años vio un video en YouTube en el que hablaban de señales para identificar si era transgénero y, por su inocencia, y ante lo que le había sucedido, pensó que eso era lo que le ocurría.

La defensa de Laura ya presentó los recursos correspondientes.

“En mi miedo a ser mujer, que lo traía desde la infancia, y mi confusión de adolescente, todo esto tenía sentido. Empecé a pensar que era un niño”, contó.

Posteriormente, comenzó a recibir los tratamientos médicos pero, para el abogado, el psiquiatra que la atendió “ignoró por completo el episodio de abuso, al punto que ni siquiera lo registró en su historia clínica”. El profesional encontró un cuadro depresivo y le diagnosticó “disforia expresa”, por lo que les recomendó a sus padres adelantar el tratamiento con la Fundación Valle del Lili.

Luego de eso se habría abordado ese diagnóstico sin evaluar los episodios de abuso que había sufrido en su infancia, por lo que simplemente se habría interpretado como un sufrimiento por una incongruencia entre la identidad de género y el sexo con el que nació. Y fue allí cuando se inició todo el tratamiento en el que le aplicaron testosterona y el resto del procedimiento para el cambio de género.