Sebastián La Rosa, médico y profesor especializado en longevidad, advirtió que la carencia de magnesio dispara señales inflamatorias y crea un “clima” que favorece el deterioro del cuerpo. El experto lo explicó en su cuenta de Instagram. Allí relaciona la falta de este mineral con marcadores como la interleucina-1 y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa).

La Rosa recuerda que el magnesio no es solo un nutriente más: participa en reacciones celulares que regulan la inflamación, la sensibilidad a la insulina y la reparación de tejidos.

Según él, cuando faltan niveles adecuados de magnesio aumentan sustancias proinflamatorias que generan un entorno perjudicial en células y tejidos. Ese “clima” inflamatorio es, en su criterio, una de las vías que aceleran el envejecimiento biológico.

¿Hay evidencia científica sobre magnesio e inflamación?

La relación entre deficiencia de magnesio y una inflamación crónica de bajo grado tiene respaldo desde la ciencia. Estudios experimentales muestran que la falta de magnesio puede activar rutas inflamatorias y aumentar la producción de citocinas proinflamatorias, lo que conecta con enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento. Esto no afirma que el magnesio sea una cura milagrosa, pero sí que su déficit es un factor que contribuye a la inflamación sistémica.

Otro punto que menciona La Rosa es la sensibilidad a la insulina. Los niveles bajos de magnesio se han asociado con mayor resistencia a la insulina y con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. No siempre está claro si la deficiencia lleva a la enfermedad o si la enfermedad provoca la pérdida de magnesio, pero la relación entre ambos fenómenos aparece repetida en estudios epidemiológicos.

Riesgo cardiovascular y agregación plaquetaria

En su comentario, La Rosa también señaló que el déficit de magnesio puede favorecer la agregación plaquetaria —la tendencia de las plaquetas a unirse—, un proceso relevante para la salud cardiovascular.

Existen señales que pueden sugerir falta de magnesio. El profesional habla de biomarcadores (sustancias medidas en sangre) que se correlacionan con inflamación y podrían reflejar una salud biológica diferente a la edad cronológica. Muchos de estos síntomas pueden ser cansancio, calambres, problemas del sueño o alteraciones digestivas.

Resulta importante subrayar que los análisis de magnesio más frecuentes son los de magnesio desértico, y estos no siempre reflejan las reservas totales del cuerpo. Esto debe interpretarlo muy bien un profesional.

La ciencia sugiere que mantener niveles adecuados de magnesio contribuye a la salud general, pero forma parte de un conjunto de factores más amplios: alimentación equilibrada, actividad física, control de peso y manejo de enfermedades crónicas.