En el universo de la ciberseguridad, donde la precisión técnica y la capacidad de anticiparse al riesgo son determinantes, Nirvana ha demostrado que el verdadero poder de una organización radica en su gente. Su enfoque va más allá de las políticas de diversidad o de las cuotas de representación: busca construir entornos donde cada persona se sienta vista, escuchada y valorada.
“Cuando las personas se sienten parte de un espacio, cuando saben que son escuchadas, vistas y valoradas, no solo crece su confianza sino que también se multiplica la innovación”, afirma Andrea García Beltrán, directora de Riesgos Cibernéticos para Europa y cofundadora de CyberSpecs ™, una de las iniciativas impulsadas por la compañía para fomentar la equidad y la visibilidad de comunidades diversas en el sector tecnológico.
En Nirvana, la inclusión se entiende como un camino hacia la pertenencia, un valor que no se impone desde la gerencia, sino que se construye día a día a través del liderazgo consciente y de una cultura organizacional coherente. “Cuando una empresa abre las puertas a la inclusión con autenticidad, los resultados son visibles, tangibles y poderosos”, asegura García Beltrán.
Esa autenticidad se refleja en su manera de trabajar: equipos multiculturales que colaboran desde distintos países, perspectivas y experiencias. Cada diferencia se convierte en una oportunidad para crear soluciones más innovadoras y humanas. En palabras de la directiva, “la pertenencia impulsa resultados porque equipos diversos piensan distinto y encuentran soluciones innovadoras”.
Nirvana promueve un liderazgo que inspira, más que dirige. Para la empresa, la gestión de talento no se limita a incorporar perfiles diversos, sino a garantizar que cada persona pueda desarrollarse con libertad, respeto y propósito. La cultura, el lenguaje y la colaboración se convierten en herramientas estratégicas para consolidar una identidad organizacional inclusiva, en la que el talento se potencia a través del reconocimiento mutuo.
El compromiso de Nirvana con la pertenencia ha trascendido fronteras. Iniciativas como Pain Project, liderada por García Beltrán, han recibido reconocimiento internacional por visibilizar comunidades y crear entornos laborales más equitativos. Más allá del logro individual, ese reconocimiento refleja el espíritu de una compañía que asume la inclusión como un motor de transformación.
En Nirvana, la innovación nace de la confianza y la colaboración genuina. La empresa ha demostrado que cuando las personas pueden decir con convicción “aquí soy yo misma, aquí me siento valorada, aquí pertenezco”, surge una cultura capaz de transformar no solo las organizaciones, sino también el futuro del trabajo.