En el año 2018, el Gobierno nacional reafirmó la prohibición del desarrollo de actividades de exploración y explotación minera en zonas de páramo mediante la Ley 1930 y se dispuso diseñar y ejecutar programas para su sustitución o reconversión.

El objeto de esta ley, de acuerdo con el artículo n.° 1, fue es establecer como ecosistemas estratégicos los páramos, así como fijar directrices que propendan por su integralidad, preservación, restauración, uso sostenible y generación de conocimiento. No obstante, ya casi se cumplen tres años de su expedición y poco es lo que las entidades encargadas han realizado al respecto.

Establecer específicamente cuánto se ha ejecutado a cabalidad esta normativa que protege a los páramos aún no es segura, pero para expertos en esta materia como Ana Luisa Morales, CEO de Asesorías ALM, para que la ley se pueda cumplir con efectividad debe existir exigencias y lineamientos claros en tornos a los estándares de cierre.

Ello, dado que estas directrices no existen actualmente, “es difícil determinar si los cierres en los páramos serán exitosos. De acuerdo con nuestra experiencia, un cierre minero se debe planificar con al menos 15 años de anticipación. Los cierres repentinos no permiten abordar todos los riesgos (ambientales, económicos y sociales) con la profundidad adecuada”.

Una agencia francesa y la CVC firman acuerdo para proteger los páramos del departamento. | Foto: Cortesía CVC

De esa manera, es importante recalcar que los páramos son ecosistemas que suministran agua dulce a millones de personas, albergan biodiversidad estratégica y tienen un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático, de acuerdo con la Organización Aida Américas.

Además, según el Ministerio de Ambiente, Colombia alberga el 50 % de los páramos, es así que la pregunta principal es qué debe hacer el gobierno para que la ley se haga cumplir y cuidar estos ambientes.

Asimismo, si bien la normatividad nacional es clara en la protección de los páramos por medio de la prohibición de actividades mineras, en estos sectores, aún falta entregar pautas claras e imponer estándares de cierre de minas.

En ese sentido, es clave resaltar que los principales impactos que se producen en los páramos por las exploraciones mineras, de acuerdo con Razón Pública, son:

  • Modifica la topografía y el paisaje.
  • Genera cambios físicos, físico-químicos y químicos en el suelo, subsuelo, aguas superficiales, en los acuíferos y en el aire.
  • Genera taludes que modifican ostensiblemente las formas y las pendientes naturales de las laderas, interviniendo cauces menores.
  • Genera contaminantes gaseosos, líquidos y sólidos que de forma directa o indirecta sobre el suelo, aire y agua.
  • Disminuye caudales y altera el sistema de drenaje natural.
  • Afecta el nivel freático y de los ciclos hidrológicos.
  • Afecta los hábitats naturales de la fauna y la flora.

Ministra Susana Muhamad dialogó con comunidades del páramo de Santurbán

En el departamento de Santander, donde la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, llegó hasta los municipios ubicados en zona de influencia en Santurbán para conocer de mano el demorado proceso sobre la delimitación del páramo.

En la visita que se realizó el viernes 9 de diciembre con las comunidades de los municipios de California y Suratá, (Santander), la funcionaria aseguró que su propósito con estas zonas es llegar a un pacto social y político por el agua.

La ministra aseguró que la delimitación del páramo no ha funcionado, pues en cinco años de proceso solo tres municipios han logrado ser delimitados.

La jefa de la cartera de Ambiente se refirió a un tema más profundo donde aseguró que los pasados gobiernos habría entregado títulos mineros “sin contemplación”.

“Hubo una época de fiebre del oro en el Estado colombiano en el que entregaron títulos mineros sin contemplación ambiental ni social. Todavía estamos en esos conflictos socioambientales, hoy hay una sentencia del Consejo de Estado que nos obliga a las autoridades ambientales y mineras a ordenar la casa”, puntualizó la ministra.