Bill Gates, reconocido empresario y cofundador de Microsoft, se ha consolidado como una voz influyente más allá del ámbito tecnológico. Su papel como referente en debates sobre innovación con responsabilidad social y sobre el impacto económico de las nuevas ideas lo ha llevado a participar activamente en debates.

En ese contexto, el filántropo compartió su postura frente a la propuesta de algunas startups que plantean reducir la radiación solar como estrategia frente al cambio climático. En conversación con Axios, señaló que ha respaldado estudios en esta línea —centrados en modificar de manera artificial la entrada de luz solar para disminuir la temperatura global—, aunque aclaró que eso no significa que considere esta alternativa como la solución ideal.

Su propuesta central consiste en disminuir la cantidad de luz solar que alcanza la superficie terrestre, enviando parte de esa radiación de vuelta al espacio. | Foto: Javier Zayas

La base científica de este controvertido proyecto se encuentra en la geoingeniería solar, especialmente en la técnica conocida como gestión de la radiación solar (SRM). Esta área de investigación explora métodos para intervenir de forma directa en el sistema climático con el fin de moderar los efectos del calentamiento global.

Su propuesta central consiste en disminuir la cantidad de luz solar que alcanza la superficie terrestre, enviando parte de esa radiación de vuelta al espacio. Para ello, el enfoque más analizado plantea dispersar partículas reflectantes —como compuestos derivados del ácido sulfúrico— en la estratósfera, un procedimiento inspirado en el modo en que las erupciones volcánicas masivas han logrado enfriar temporalmente el planeta a lo largo de la historia.

En este contexto, Bill Gates explicó que “sí, he financiado intentos de entender la geoingeniería”, pero ha dejado claro que su apoyo no equivale a promover su aplicación. Para él, generar conocimiento es esencial, especialmente porque solo contemplaría su uso en escenarios críticos donde los puntos de no retorno climático —como el deshielo acelerado o el colapso de grandes ecosistemas— hagan inevitable una intervención de emergencia.

El fundador de Microsoft reafirmó su visión de futuro y su compromiso con transformar el mundo. | Foto: 2025 Patrick van Katwijk

Aun así, el filántropo subraya que la situación actual no justifica un despliegue masivo de estas tecnologías, ya que los avances en energías limpias permiten prever un futuro menos extremo si se mantienen las tendencias.

Su postura traza un límite firme: investigar para estar preparados, sí; impulsar activamente la implementación, no. Gates insiste en que la prudencia científica es clave para evaluar riesgos y determinar, llegado el caso, si existirían razones contundentes para recurrir a este tipo de medidas.