Más allá del planeta Neptuno se encuentra el cinturón de Kuiper, una región de cuerpos helados y fragmentos de planetas, en donde recientemente, un equipo de astrónomos señaló que en esta zona se encuentra una nueva estructura llamada “núcleo interno”.
En el año 2011 otros investigadores habían detectado una concentración densa de objetos a la que denominaron simplemente “núcleo”.
Los cuerpos que la componen tienen órbitas casi circulares y muy poco inclinadas, permaneciendo fuertemente alineados con el plano del sistema solar a diferencia de otros objetos del cinturón de Kuiper, cuyas trayectorias suelen ser más excéntricas y caóticas.
Del núcleo al núcleo interno: qué revelan los datos
Al aplicar un algoritmo de agrupamiento llamado DBSCAN a los datos orbitales de 1.650 objetos transneptunianos clásicos, el equipo dirigido por Amir Siraj, de la Universidad de Princeton, no solo volvió a identificar el núcleo original, sino que también observó la posible presencia de otro grupo cercano, ubicado justo dentro del primero, a unas 43 UA del Sol, al que bautizaron como “núcleo interno”.
El estudio sugiere que el “núcleo interno” podría agrupar entre el 7 % y el 10 % de los objetos del cinturón de Kuiper clásico. Y no se distingue solo por su posición. Su dinámica también es particular: presenta una excentricidad incluso menor que la del núcleo, lo que implica órbitas todavía más circulares y “estables”.
“Ese tipo de tranquilidad orbital es señal de una estructura muy antigua y sin perturbaciones”, explicó Siraj a New Scientist.
Cada vez que el algoritmo, que nunca antes se había utilizado para estudiar el cinturón de Kuiper, encontraba el núcleo, también revelaba este segundo conjunto de cuerpos, lo que sugiere algún tipo de relación entre ambos o una separación aún no del todo comprendida.
“Aún no está claro si el núcleo interno es una extensión del núcleo o una estructura distinta”, reconocen en su artículo, que aún no ha sido revisado por pares y está disponible en el servidor arXiv. Los propios investigadores admiten que la distinción entre ambas estructuras depende de cómo se ajusten los parámetros del algoritmo. Si cambian ligeramente, los dos grupos podrían fusionarse en uno solo.
Implicaciones para el origen del sistema solar
En cualquier caso, según los autores, el núcleo interno podría ofrecer restricciones más estrictas sobre el grado de calentamiento dinámico que experimentó el cinturón de Kuiper durante la formación y evolución del sistema solar.
Una teoría sugiere que la migración errática de Neptuno desde el interior del sistema solar hasta su ubicación actual, hace miles de millones de años, podría explicar estas agrupaciones. El movimiento hacia afuera del planeta habría atrapado temporalmente objetos por su fuerza gravitatoria, contribuyendo a su concentración.
El Vera Rubin y el futuro de la exploración transneptuniana
Por fortuna, hay ayuda en camino, como explican los mismos autores. El Observatorio Vera C. Rubin, en Chile, comenzará pronto a recolectar datos en el marco del Legacy Survey of Space and Time (LSST).
Según estimaciones, este telescopio de última generación podría detectar hasta 40.000 objetos más allá de Neptuno en los próximos años, lo que permitirá afinar modelos y verificar si el núcleo interno es realmente una nueva pieza del rompecabezas o solo una ilusión estadística.
*Con información de DW.