Blue Origin hizo historia en la competencia espacial privada al lanzar con éxito su cohete New Glenn en una misión de la Nasa rumbo a Marte y recuperar su propulsor en una maniobra que hasta ahora solo había logrado SpaceX.
El acontecimiento reavivó la rivalidad entre Jeff Bezos y Elon Musk junto a una reacción inesperada por parte del dueño de SpaceX.
Un hito que sacudió la competencia espacial
El lanzamiento del New Glenn, un cohete de 98 metros de altura, había sido pospuesto dos veces durante la semana debido al mal tiempo tanto en la Tierra como en el espacio. Pero el jueves, la espera finalmente tuvo recompensa. “Este es un día histórico para Blue Origin”, afirmó Ariane Cornell, vicepresidenta de la compañía, durante la transmisión en vivo.
El vehículo despegó desde Cabo Cañaveral con dos sondas de la Nasa a bordo y tras cumplir la primera fase de la misión, la empresa logró posar el propulsor de forma controlada sobre una plataforma marítima. Entre aplausos y vítores, Blue Origin celebró un avance que hasta ese momento había sido dominio exclusivo de SpaceX.
La proeza generó reacciones inmediatas dentro del sector. Jared Isaacman, colaborador cercano de Musk, escribió: “¡Caramba, fue fantástico!”. Incluso Jon Edwards, jefe de lanzamientos del Falcon, reconoció el mérito: “Recuperar un cohete orbital es extremadamente difícil. ¡Bien hecho!”.
La reacción de Musk
En este escenario marcado por años de competencia y comparaciones, la respuesta de Elon Musk llamó la atención.
El empresario, que suele ser crítico con sus rivales, sorprendió con un mensaje directo: “¡Felicidades a Jeff Bezos y al equipo de Blue Origin!”.
La felicitación pública contrastó con recientes tensiones, especialmente tras las declaraciones de la Nasa en octubre sobre la posibilidad de prescindir de SpaceX por retrasos en el desarrollo de su módulo lunar. Aquella situación había provocado la ira de Musk, quien enfrenta una creciente presión en un contexto donde Washington busca acelerar su presencia en la Luna.
La recuperación del propulsor es un punto clave en la reutilización de cohetes pues representa un paso hacia la reducción de costos.
Un impulso para la carrera lunar y marciana
El éxito del New Glenn también supone un fortalecimiento de la posición de Blue Origin dentro del programa Artemis, que busca devolver astronautas estadounidenses a la Luna y preparar el camino hacia Marte. Aunque su primer vuelo en enero logró alcanzar la órbita, la pérdida del propulsor durante el descenso generó dudas sobre su capacidad de reutilización, dudas que ahora parecen disiparse.
Ambos multimillonarios fundaron sus compañías a principios de los 2000, pero avanzaron a ritmos diferentes. SpaceX eligió una estrategia más arriesgada y veloz y Blue Origin mantuvo un desarrollo más cauteloso, Bezos quiere demostrar que ya está listo para competir.
La misión Escapade, diseñada para estudiar Marte, representa un paso estratégico. De acuerdo con George Nield, presidente de una empresa que promueve la actividad espacial privada, si Blue Origin “completa con éxito esta misión, infundirá confianza a la NASA”.
El plan contempla que las sondas Azul y Oro permanezcan temporalmente en una órbita de “estacionamiento seguro” cerca de la Tierra para partir hacia Marte y llegar en 2027. En paralelo, Estados Unidos acelera sus esfuerzos frente al ritmo de China, a quien ve como un competidor directo en lo que algunos funcionarios ya llaman “una segunda carrera espacial”.
*Con información de AFP.