La iluminación adecuada es un elemento clave en cualquier espacio, especialmente en los hogares, donde se ha vuelto indispensable no solo por motivos estéticos, ya que aporta una atmósfera distinta a cada ambiente, sino también por razones de seguridad y bienestar. De ella depende, en gran medida, la calidad de vida de quienes habitan el lugar.
Aunque en muchos casos pasa desapercibida, la realidad es que una buena iluminación contribuye a prevenir la fatiga ocular y los dolores de cabeza que suelen aparecer en ambientes demasiado oscuros o con luces mal distribuidas. Ya sea para leer, trabajar o realizar actividades cotidianas, contar con la cantidad de luz adecuada protege la vista y favorece la concentración.
La elección de los sistemas de iluminación también influye directamente en la eficiencia energética. El uso de lámparas o bombillos inadecuados puede incrementar de manera significativa el consumo eléctrico, lo que se refleja en la factura mensual. Por ello, resulta fundamental identificar qué tipos de bombillas consumen más energía y reemplazarlas por alternativas más eficientes.
Según el portal especializado RedesZone, los bombillos incandescentes son los que más energía consumen en la actualidad, debido a que su diseño genera más calor que luz, lo que implica un desperdicio considerable de electricidad.
“Sin duda, el tipo de bombilla que más consume son las incandescentes. Por ejemplo, para una bombilla de 800 lúmenes, tendría un consumo de 60 W. Si se compara con una de tipo LED, que consumiría entre 10 y 12 W, la diferencia es más que importante. Es uno de los primeros cambios que se recomienda realizar”, explican en su sitio web.
A esta lista se suman las lámparas de alta potencia, diseñadas para ofrecer una gran iluminación, aunque su impacto dependerá del modelo y del tiempo que permanezcan encendidas.
Otro aspecto que suele pasarse por alto es el uso de luces decorativas, especialmente en épocas festivas como Navidad o Halloween. Aunque brindan un ambiente especial, también pueden elevar el consumo eléctrico.
“Es importante controlar las luces decorativas que se tienen en casa y revisar si realmente son necesarias o si es posible cambiarlas por opciones más eficientes. El objetivo, una vez más, es ahorrar en la factura de la luz cada mes”, recomiendan.
Una de las medidas más eficaces para reducir el gasto energético es sustituir las bombillas tradicionales por luces LED. Este tipo de iluminación ofrece la misma potencia lumínica con un consumo hasta un 80 % menor en comparación con las incandescentes o halógenas.
Además, cuentan con una vida útil considerablemente más larga, lo que disminuye la necesidad de reemplazos frecuentes y, en consecuencia, representa un beneficio adicional para la economía del hogar.