A la hora de salir a carretera o transitar por cualquier vía es común cruzarse con conductores que transitan por encima de los límites de velocidad establecidos y una de las excusas más frecuentes de aquellos pilotos es que van tarde para sus trabajos, para sus compromisos o que tienen afán.
Este comportamiento, que es recurrente en cualquier rincón del mundo, despertó la intriga de un profesor español que quiso corroborar si el acto irresponsable de sobrepasar los límites de velocidad en realidad significa un ahorro de tiempo importante, o si solo es una maniobra que pone en riesgo la seguridad vial.
En su país, el límite en las autopistas es de 120 km/h, y muchos conductores manejar por encima con el argumento de ir de afán, por lo que José Ángel Murcia, profesor de matemáticas y rostro visible del perfil educativo @smartickmetodo, quiso comprobar cuánto tiempo se gana al recorrer la misma distancia a 140 km/h.
Para dar respuesta a esta pregunta, lo explica en un vídeo compartido en TikTok con un ejemplo sencillo. “Cuando voy a 60 kilómetros por hora, recorro 60 kilómetros en una hora y un kilómetro en un minuto”, comienza. Es decir, a esa velocidad cada kilómetro exige 60 segundos de conducción.
Si la velocidad se duplica, el razonamiento también se simplifica: “Si fuera a 120, tardaría justamente la mitad”, añade, recordando que doblar la velocidad significa partir por dos el tiempo necesario para cubrir la misma distancia. Sin embargo, no todos los incrementos de velocidad suponen el mismo ahorro de tiempo.
“Entre una velocidad legal en autopista (120 km/h), a una velocidad ilegal en autopista (140 km/h), solo gano apenas cuatro segundos en completar un kilómetro”, señala el profesor. En otras palabras, pasar de la velocidad máxima permitida a una superior apenas recorta unos segundos en cada kilómetro recorrido.
La clave está en la relación inversa entre tiempo y velocidad: cuanto más rápido se circula, menor es el ahorro de tiempo que se obtiene por cada incremento adicional.
Más allá de lo que se gana o no en minutos, conducir más rápido también pasa factura al cuerpo. Según la Dirección General de Tráfico en España (DGT), la fatiga está relacionada con entre un 20 % y un 30 % de los accidentes de tráfico en España.
Su principal causa es conducir durante demasiado tiempo sin descanso, pero también influyen factores como la densidad del tráfico, el estado de la vía, las condiciones climáticas o la temperatura en el interior del vehículo.
La DGT advierte de que mantener una velocidad excesiva durante mucho tiempo exige mayor concentración, lo que puede alterar el estado psicofísico del conductor y acelerar la aparición de la fatiga. Bajo sus efectos, se deterioran la vista, la audición, las sensaciones corporales, los movimientos e incluso la toma de decisiones, reduciendo drásticamente la capacidad de circular con seguridad.
En definitiva, lo que parece un pequeño atajo -subir de 120 a 140 km/h- apenas se traduce en unos segundos menos por kilómetro y, a cambio, aumenta tanto el riesgo de sanción como la probabilidad de sufrir fatiga al volante.