La gastroenteritis, también conocida como virus estomacal, consiste en la inflamación de la membrana interna del intestino. Esto puede ocurrir por un virus, una bacteria o parásitos. Según explica Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, generalmente se desarrolla por una infección de norovirus.

Los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la forma más común de desarrollar esta enfermedad es a través del contacto con una persona que está infectada con gripe estomacal o al comer o ingerir alimentos o agua contaminada.

“Si tienes buena salud, probablemente te recuperarás sin complicaciones. Sin embargo, la gastroenteritis viral puede ser mortal en el caso de bebés, adultos mayores y personas con el sistema inmunitario comprometido”, indica la entidad de salud.

Los síntomas de esta enfermedad incluyen:

  • Diarrea acuosa, a menudo sin sangre.
  • Náuseas, vómitos o ambos.
  • Dolor y calambres estomacales.
  • Dolores musculares o dolores de cabeza ocasionales.
  • Fiebre baja.

¿Cuándo se debe consultar a un médico?

Es importante prestar atención a los síntomas de esta afección y en caso de que se presenten los siguientes es importante acudir a un centro médico para recibir la atención profesional adecuada y evitar mayores complicaciones de salud:

  1. Tener vómito y diarrea por más de dos días.
  1. Vomitar con sangre.
  1. Presentar deshidratación. Sus síntomas incluyen sed excesiva, sequedad en la boca, debilidad, mareos.
  1. No poder retener líquidos en el estómago por 24 horas.
  1. Sangre en las deposiciones.
  1. Dolor intenso en el estómago.
  1. Fiebre superior a los 40 °C.

Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) también mencionan algunas señales que indican que se debe pedir ayuda médica:

En el caso de los adultos:

  • Cambio en el estado mental, como irritabilidad o falta de energía.
  • Diarrea que dura más de 2 días.
  • Fiebre alta.
  • Vómitos frecuentes.
  • Seis o más evacuaciones de heces blandas en un día.
  • Dolor severo en el abdomen o recto.
  • Heces negras y alquitranadas o que contienen sangre o pus.
  • Síntomas de deshidratación.

En el caso de los bebés o niños pequeños:

  • Cambio en el estado mental del niño, como irritabilidad o falta de energía.
  • Cualquier elevación de fiebre en los infantes.
  • Fiebre alta en los niños mayores.
  • Frecuentes evacuaciones de heces blandas.
  • Vómitos frecuentes.
  • Dolor severo en el abdomen o recto.
  • Signos o síntomas de deshidratación.
  • Heces negras y alquitranadas o que contienen sangre o pus.

Para aliviar los síntomas de una gastroenteritis es importante evitar el consumo de remedios caseros, sin la autorización de un doctor. El sitio web Cuerpo Mente destaca el uso del jengibre para disminuir los vómitos. Para prepararlo se debe tomar una cucharada pequeña de jengibre en polvo y hervirlo con agua por cinco minutos. Reposar, colar y servir.

Influenza

Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, señala que aunque la gastroenteritis es denominada gripe estomacal, no es igual a la gripe, ya que esta última solo afecta el sistema respiratorio; mientras que la gastroenteritis, a los intestinos.

En caso de tener gripa y pertenecer al grupo de mayor riesgo, se debe ir a un centro médico para recibir la atención profesional correcta y evitar complicaciones en la salud. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades también indican que se debe ir a urgencias en caso de presentar los siguientes síntomas:

Niños

  • Respiración acelerada o problemas para respirar.
  • Coloración azulada en los labios o el rostro.
  • Se expande la caja torácica al respirar.
  • Dolor de pecho
  • Dolor muscular intenso (el niño se rehúsa a caminar).
  • Deshidratación (no orina por 8 horas, tiene la boca seca y al llorar no tiene lágrimas).
  • No está alerta ni interactúa cuando está despierto.
  • Convulsiones.
  • Fiebre por encima de los 104 °F.
  • En el caso de niños menores de 12 semanas, cualquier cuadro febril.
  • Fiebre o tos que mejora, pero reincide o empeora.
  • Agravamiento de las afecciones crónicas.

Adultos

  • Dificultad para respirar o falta de aire.
  • Dolor o presión constante en el pecho o abdomen.
  • Mareos persistentes, confusión, dificultad para despertarse.
  • No orina.
  • Dolor muscular intenso.
  • Debilidad o inestabilidad intensa.
  • Fiebre o tos que mejora, pero reincide o empeora.
  • Agravamiento de las afecciones crónicas.

Cualquier persona que tenga gripa puede sufrir varias complicaciones de salud. Sin embargo, aquellas que tienen afecciones crónicas o pertenecen a un grupo de riesgo tienen mayor probabilidad. Algunas de las complicaciones pueden ser neumonía, encefalitis, meningitis o convulsiones.

Prevención

La vacuna contra la influenza es el paso más importante para proteger contra este virus. Asimismo, es una herramienta para “para reducir la carga de casos, hospitalizaciones y muertes por influenza para el sistema de atención médica todos los años”, señalan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Según estos centros, todas las personas mayores de seis meses de edad deben vacunarse cada temporada, especialmente aquellas que pertenecen a población de riesgo.