El omega-3 es un tipo de ácido graso poliinsaturado que se encuentra en múltiples alimentos y que le aporta infinidad de beneficios al organismo. Debido a que el cuerpo no lo genera, es necesario incluir en la dieta alimentos que lo contengan, pues abarca varios tipos de ácidos grasos, entre los que se destacan alfa linolénico (ALA) o el docosahexaenoico (DHA).

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indica que los ácidos grasos omega-3 son benéficos y entre sus efectos positivos menciona, entre otros: acciones antiinflamatorias y anticoagulantes, disminución de los niveles de colesterol y triglicéridos y la reducción de la presión sanguínea.

De igual forma, pueden reducir los riesgos y síntomas de otros trastornos, incluyendo diabetes, accidente cerebrovascular, algunos cánceres, artritis reumatoidea, asma, enfermedad intestinal inflamatoria, colitis ulcerativa y deterioro mental.

Otro de los beneficios de consumir omega-3 es que, “distintos estudios han demostrado que estos ácidos grasos son indispensables para el cerebro, tanto para favorecer un buen desarrollo como para la mejora de las funciones cognitivas en toda la población y en todas las edades (niños y adultos sanos, así como en personas mayores)”, afirma el Collegi de Farmaceutics de Barcelona.

En definitiva, este ácido graso potencia la capacidad cerebral y la memoria. La misma entidad señala que, “los ácidos grasos omega-3 contribuyen a mantener el funcionamiento normal del cerebro. Además, también favorecen un mayor desarrollo mental y una mejora en el aprendizaje y la conducta durante la infancia, ya que contribuyen a mejorar el desarrollo de las funciones cognitivas en los niños”.

Esta sustancia se encuentra y se puede consumir a través del pescado azul, la fuente principal de omega-3. Asimismo, es importante preparar este pescado con aceite de oliva, porque, este aceite contiene entre 0,5 y 0,76 gramos de ácidos omega-3 por cada 100 gramos.

Omega-3: estos son los síntomas que pueden indicar un déficit en el organismo

1. Dificultad a la hora de concentrarse: El portal Cuerpo Mente consigna que la falta de concentración podría darse por irregularidades en el sueño y la alimentación. En consecuencia, el omega-3 tiene que ver con este signo, pues los ácidos grasos son importantes para el funcionamiento del cerebro.

2. Inquietud y depresión: Salud 180 explica que la falta de omega-3 podría incidir de forma negativa en la estabilidad emocional de las personas. Una investigación publicada en la revista Nature Neuroscience tomó como muestra a ratones madres que fueron alimentadas con carencia del ácido graso y los resultados arrojaron que aumentaron conductas ligadas a la depresión y la ansiedad.

3. Fatiga: una de las causas principales de la fatiga que varios médicos precisan es por la obesidad. En cuanto a la falta de omega-3, varios estudios dicen que al impactar en los problemas para descansar y tomar un plácido sueño, la fatiga es persistente por falta de nutrientes.

4. Fallas visuales: Cuerpo Mente explica que hay un cierto porcentaje de personas que no vinculan los problemas de la vista con la falta de nutrientes, pero, en realidad, esta es una variable que no se debe descartar, ya que la ingesta insuficiente del ácido graso podría afectarla. Uno de los diagnósticos más comunes es el de ojos secos o inflamados y alteraciones visuales.

5. Debilidad muscular: los músculos son importantes para controlar el movimiento de la estructura del cuerpo y proteger el sistema óseo, según Kinemed. En ese sentido, el omega-3 es necesario en este sistema, de lo contrario los especialistas indican que un sujeto podría tener hipotonía muscular o miastenia.