Los radicales libres suelen realizar varias tareas útiles, pero la presencia de demasiada cantidad de ellos ocasiona lo que se conoce como estrés oxidativo. En el estrés oxidativo, los radicales libres arrollan y dañan a las células, lo que conduce a descomposición tisular y daños en el ADN.

Además, según la Clínica Mayo, el estrés oxidativo también se ha vinculado con varias afecciones, entre ellas el cáncer, enfermedades cardíacas, diabetes, enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, cataratas y degeneración macular.

Hasta hace poco se creía que el estrés oxidativo era un factor clave en el envejecimiento. Sin embargo, estudios más recientes no han mostrado que haya ningún vínculo entre el daño por el estrés oxidativo y la esperanza de vida.

Los antioxidantes, tal como las vitaminas E y C o los carotenoides, están presentes en los alimentos, sobre todo en los de origen vegetal, y en experimentos de laboratorio se ha descubierto que las moléculas de los antioxidantes estabilizan los radicales libres y contrarrestan el estrés oxidativo.

Muchos otros estudios observacionales indican que una alimentación rica en frutas y verduras puede ayudar a reducir el riesgo de padecer enfermedades de este tipo, incluso accidentes cerebrovasculares, cáncer y enfermedades cardíacas.

Otros plantearon que los antioxidantes ofrecen grandes ventajas para la salud. Por ello, y para facilitar el estudio de los antioxidantes como la vitamina E, los científicos los utilizaron en forma de suplemento.

¿Qué consumir para prevenirlo?

De acuerdo con un estudio del Hospital de la Universidad de Navarra, existen algunas “terapias antioxidantes” con las que se puede contrarrestar el estrés oxidativo.

  • El Betacaroteno

Es uno de los cincuenta carotenoides con actividad de vitamina A (se transforma en dos moléculas en el intestino) metabolizándose ambos a retinoides. A los consumidores de dietas con más carotenoides se les observa un riesgo menor de cáncer. En cambio en ensayos clínicos con suplementos en prevención primaria y secundaria de enfermedades cardiovasculares y cánceres no se han encontrado resultados positivos e incluso se han visto resultados deletéreos en subpoblaciones de alto riesgo.

  • La vitamina C

Es hidrosoluble, elimina los radicales libres, regenera la capacidad antioxidante de la vitamina E y activa ciertas enzimas. Además destruye eficazmente las nitrosaminas a través de procesos radicalarios, a lo que se le atribuye un efecto anticarcinógeno frente al humo del tabaco por concentrarse en parte de los pulmones e inhibe la invasión tumoral.

  • La vitamina E

La vitamina E aumenta la resistencia de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) a la oxidación y a la incorporación por macrófagos que las haría más aterogénicas que las LDL nativas. De esta manera, la vitamina E podría ser un factor potencialmente terapéutico en la formación espontanea de ateromatosis.

Síntomas

Algunos de los síntomas son el envejecimiento prematuro, debido a que aparecen arrugas y manchas en la dermis y la piel se reseca. Puede haber presencia de problemas de memoria, comienzan los olvidos y la pérdida de memoria de manera descontrolada e incluso cambios físicos como rigidez en las articulaciones, pérdida de la fuerza muscular y problemas de movilidad.

De cualquier manera, es pertinente consultar primero con el médico de cabecera.