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Billete

Nuevo billete de $2.000 rinde homenaje a la artista Débora Arango

El papel no solo cambia de color sino también de tamaño, para cumplir con el objeto social de permitir la identificación por parte de quienes tienen discapacidad visual.

28 de noviembre de 2016

La artista antioqueña, nacida en Medellín en 1910 y quien falleció en 2005, es uno de los referentes en el campo de la plástica colombiana. Su imagen comenzará a ser recordada por todos los colombianos que utilicen el nuevo medio de pago que presenta unas tonalidades mixtas entre verdes, azules, amarillos y grises. La fotoilustración de Arango se mostrará por el anverso del papel y por el reverso se rinde homenaje a Caño Cristales, paraíso natural en el departamento del Meta.

Este será el quinto de la nueva familia de billetes, después del lanzamiento de la denominación de $100.000, $50.000, $20.000 y $5.000. Para facilitar el reconocimiento por parte de las personas ciegas, viene en un tamaño diferente y con señales en alto relieve, en lengüaje braile, con lo cual atiende la necesidad de tener un papel moneda de fácil identificación y socialmente incluyente.

El de $2.000 fue presentado oficialmente en Envigado (Antioquia) este martes 29 de noviembre de 2016. Tras el acto protocolario empezó a circular de manera simultánea con los billetes actuales, los cuales serán reemplazados a medida que acusen señales de deterioro.

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Arango abordó temas sociales y políticos con una inusual crudeza. Son características sus representaciones de personajes sórdidos o marginales, que se alejaron siempre de lo estético. Sufridos obreros, prostitutas, maternidades grotescas, monjas caricaturares, que la artista retrata más allá de lo físico, incluyendo sus ansiedades reprimidas, su marginalidad social, la sátira y lo más descarnado de la cotidianidad profana: “Yo concibo el arte como una interpretación de la realidad y es esto lo que me posibilita el llegar, a través de él, a la verdad de las cosas: sacar a flote lo oculto, lo falso, lo que no se puede manifestar abiertamente”.

Hizo su carrera en Estados Unidos, Europa y Colombia, hasta que dejó de pintar en 1965 por motivos de salud. Finalmente vio la redención de su trabajo en 1984, con la realización de una exposición retrospectiva en la que mostró 205 obras, entre acuarelas, óleos y cerámicas en el Museo de Arte Moderno de Medellín, institución a la que la artista donó un gran número de sus trabajos.

La exposición se mostró posteriormente en la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá. En 1984 recibió el premio Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia a las Artes y a las Letras, como reconocimiento tardío de sus aportes a la plástica colombiana

Por su parte, Caño Cristales se ha convertido en uno de los iconos del paisaje colombiano. Es uno de los lugares más hermosos del mundo, según lo afirman los cientos de extranjeros y colombianos que han tenido la posibilidad de visitarlo en alguna ocasión. Se trata de un río que  ofrece diferentes tonalidades debido a la vegetación acuática que se forma en su lecho. Para llegar, hay que salir desde Villavicencio, rumbo al municipio de La Macarena y desde allí, contratar un plan turístico que podrá guiarlo hasta el lugar. En la actualidad, muchos ven amenazada la sostenibilidad de este destino debido a la deforestación, la presencia de carros que atraviesan el río y la problemática asociada a las visitas indiscriminadas.

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