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Jugar con los sentimientos

8 de diciembre de 2007

La desgarradora carta de Íngrid Betancourt a su mamá, publicada en su edición #1335, llama a la concientizacion del país sobre la necesidad de la liberación inmediata de todos los secuestrados. Lamentable e inexplicablemente, no produce el mismo efecto en el rechazo total hacia quienes efectúan esas prácticas delincuenciales y son los únicos responsables de la degradante situación en que se encuentran los retenidos. Por el contrario, se empiezan a oír voces, algunas con eco en el concierto internacional, que tienden a responsabilizar al gobierno, al calificarlo de indolente e intransigente en la solución de una lamentable situación cuyos únicos responsables son los guerrilleros de las Farc.
 
El grupo insurgente, especializado en jugar con los sentimientos de los familiares de las víctimas del secuestro, con las pruebas de supervivencia presentadas y que por reflejar la total degradación humana de los cautivos, impactan terriblemente, no precisamente obtiene el rechazo y la indignación hacia esa organización, que la horrorosa actuación mereciera. La sensibilidad humana hace que con ello tiendan más a conseguir su perverso objetivo de que el país se vuelque a forzar al gobierno hacia un intercambio, que ellos han demostrado, no tienen disposición de efectuar. Su interés ha sido simplemente utilizar a los secuestrados y su desgracia para, con el disfraz de un intercambio, mantenerse vigente y abrir los espacios internacionales que con la política de seguridad democrática se les han venido cerrando.

Ricardo Buitrago Consuegra
Barranquilla

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