Tramo 1 vía Loboguerrero-Buenaventura. Una de las obras de cuarta generación que se adelanta en el país. | Foto: Cortesía iNVIAS

INFRAESTRUCTURA

El pie en el acelerador del desarrollo vial

Colombia sigue rezagada en desarrollo de infraestructura vial con respecto a los demás países de la región. Sin embargo, programas como el de las vías 4G le darán un buen empujón en ese camino.

Jairo Chacón*
20 de octubre de 2019

La conectividad vial es uno de los retos más importantes que tiene Colombia, pero esta tarea no debe depender solo de los gobiernos de turno sino estar enmarcada en una política integral de Estado, que trascienda intereses políticos y permita al país conectar a sus regiones con los centros de producción. Y, de paso, abrir la puerta al progreso y a la inclusión social, acciones que sin duda dinamizarán la economía y facilitarán un crecimiento sostenible en el tiempo.

En esta tarea se han concentrado los distintos gobiernos, y si bien se han alcanzado avances importantes, aún falta mucho camino por recorrer y muchas obras por construir para recortar distancia frente a otros países de la región. Para Juan Martín Caicedo Ferrer, presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), dicha conectividad genera beneficios ligados al crecimiento económico, la eficiencia de las cadenas de abastecimiento, la reducción de costos logísticos, una mayor competitividad y la resiliencia de los sistemas de transporte.

“Un elemento clave para mejorarla es la disponibilidad y eficacia de la infraestructura portuaria, aeroportuaria, vial y férrea que los sectores público y privado de un país pueden proveer”, explica. De acuerdo con el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial del año 2012, Colombia tenía una calificación en el indicador de calidad de las vías terrestres de 37 sobre 100 y ocupaba el puesto 126 entre 144 países.

En este mismo periodo, las cifras del Ministerio de Transporte mostraban que el total de la red nacional era de 202.390 kilómetros, de los cuales 5.262 estaban concesionados y, de estos, 948,7 kilómetros eran de doble calzada en operación.

Estos preocupantes indicadores impulsaron al gobierno de Juan Manuel Santos a poner en marcha el programa Cuarta Generación de Concesiones Viales (4G), con una inversión cercana a los 50 billones de pesos. Este programa, calificado como el más ambicioso en la historia de la infraestructura de Colombia, contempla la construcción y operación de más de 8.000 kilómetros de carreteras, incluyendo 1.370 kilómetros de dobles calzadas y 159 túneles.

A pesar de los avances en las concesiones del programa, que buscan ampliar la capacidad operacional de los distintos corredores, la Ruta del Sol II se convirtió en el lunar negro del plan vial 4G al detectarse un foco de corrupción que llevó a la suspensión de la obra y la investigación de funcionarios y empresarios del concesionario que terminaron en la cárcel.

Así vamos

La necesidad que tenía el país en el desarrollo del modo carretero y –de manera particular– en la construcción de dobles calzadas para mejorar la competitividad se viene supliendo. “A pesar de las dificultades con la Ruta del Sol, el país sigue avanzando y su dinámica de crecimiento se acentuará en los siguientes años. A agosto de 2019, de los 29 proyectos del programa 4G, 17 tienen cierre financiero, seis tienen avance de obras superiores al 50 por ciento y se espera que dos de estos entren a operar en lo que resta del año”, recalca Caicedo Ferrer.

De acuerdo con la Agencia Nacional de Infraestructura, esos dos corredores (Girardot-Honda-Puerto Salgar y Cartagena-Barranquilla-Circunvalar de la Prosperidad) tienen un avance por encima del 95 por ciento y esto les permitiría entrar en operación antes de que termine el año. Sin duda, la infraestructura vial sigue mejorando, y prueba de ello es la más reciente medición del Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial del año 2018, en el que Colombia obtuvo una calificación en el indicador de calidad de las vías terrestres de 39,7 sobre 100, y ocupó el lugar 104 entre 140 países. Al comparar al país con otros de la región en materia de conectividad aérea, se pudo establecer que supera a Chile (57,8), Ecuador (39,9), Perú (58,2), Bolivia (30) y Argentina (59,1).

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En la conectividad marítima, Colombia supera a los demás de la región, con excepción de Panamá (30). Sin embargo, en el tema vial, está por encima solo de Bolivia (34,4) y ocupa el penúltimo puesto de la región en el modo férreo, después de Panamá (2,6).

De acuerdo con el Ministerio de Transporte, el total de la red nacional en 2017 era de 206.627 kilómetros, de los cuales 8.476 eran concesionados por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), presentando un crecimiento del 61 por ciento respecto al año 2012. Del total de la red concesionada, 1.119,5 kilómetros eran de doble calzada en operación, reflejando un crecimiento del 18 por ciento respecto de 2012.

Grandes ligas

Para la Cepal, la ausencia de infraestructura se constituye en un obstáculo de primer orden en la implementación eficaz de políticas de desarrollo y la obtención de tasas de crecimiento económico que superen los promedios internacionales. Esto se pudo evidenciar en la emergencia que se generó en la vía Bogotá-Villavicencio, por la pérdida de la calzada a la altura del kilómetro 58, en jurisdicción de Guayabetal, que durante más de tres meses estuvo cerrada y causó pérdidas a la economía por cerca de 2 billones de pesos.

Hoy el balón está en la cancha del Ministerio de Transporte que, con sus jugadores más avanzados en el tema vial, como la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y el Instituto Nacional de Vías (Invías), tienen la oportunidad de anotar el gol del triunfo, y dotar a Colombia de las vías que conecten al país y le permitan entrar a las grandes ligas del desarrollo vial.

En un estudio del Banco Mundial se simuló lo que habría ocurrido con Colombia y Ecuador –que están muy atrasados en infraestructura– de haberse realizado entre 1996 y 2000 inversiones para ponerse a la altura de países como Corea del Sur, Nueva Zelanda, China, Turquía, Indonesia y Malasia, que en cuatro años mejoraron su infraestructura. El resultado es contundente: un aumento en las tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del orden de 3 puntos porcentuales por año. Por lo pronto, hay 29 proyectos en ejecución que le permitirán al país recortar el rezago en materia vial en la región y encender una luz al final del túnel.

*Periodista económico.