La diversidad poblacional es una característica de Bogotá. | Foto: Julián Galán

OPINIÓN

Una ciudad donde quepamos todos

La representante a la Cámara explica por qué Chapinero y Usaquén son territorios tan diversos. Un llamado ciudadano para hacerlos más incluyentes.

Angélica Lozano*
17 de noviembre de 2017

El pulso de la opinión pública en temas como seguridad y movilidad pone sobre la mesa el clamor de la diversidad de ciudadanos que habitan Bogotá: necesitamos una ciudad incluyente. No debemos olvidar que las ciudades son el lugar donde todos somos iguales, constituyen la máxima expresión de la democracia.

En términos de ordenamiento territorial, al ser localidades de gran extensión ubicadas en el borde oriental de Bogotá, Chapinero y Usaquén cuentan con una estratificación variada. Esto hace que sean territorios diversos en términos de población y características. Muchas de las centralidades productivas de la ciudad se encuentran aquí y aunque en términos generales podríamos tener un balance positivo de la calidad de vida, saltan a la vista las oportunidades de mejora.

¿Cuál es el reto? Debemos avanzar hacia la inclusión. La población que habita en barrios como El Codito o Bosque Calderón o en zonas rurales como el Verjón, está lejos de pertenecer a aquel imaginario construido sobre sitios como Chapinero o Usaquén. Es nuestro deber desde la política pública centrar la atención en asuntos fundamentales como garantizar el acceso a servicios y transporte público, y llevarles a las poblaciones más vulnerables oportunidades reales de integración con el entorno urbano.

En materia ambiental, los cerros orientales son una señal del compromiso de la ciudadanía por defender los ecosistemas naturales. Debido a una acción popular interpuesta por la comunidad, el Consejo de Estado falló en favor del ambiente y obligó al Distrito a la creación de un área de 500 hectáreas para compensar los daños. Nuestro deber es vigilar que se cumpla a cabalidad lo establecido. La protección de nuestros cerros no debe tener más demoras. Los cerros se respetan.

En lo social, durante los últimos años Chapinero y Usaquén han cumplido un papel importante en la reivindicación e inclusión de las personas LGBTI; la Alcaldía de Usaquén creó el programa ‘Usaquén joven e incluyente’ que busca el reconocimiento y la visibilización. Por otro lado, durante 2017 la Alcaldía de Chapinero junto con la Policía y la Cámara de Comercio LGBTI de Colombia, capacitó policías de la localidad en la implementación de acciones para transformar la manera como se relacionan con esta población. Si bien es un avance, persisten retos como generar en los espacios escolares una política donde los estudiantes se sientan seguros, incluyentes y libres de discriminación.

Trabajar por mantener estos logros y superar los desafíos requiere una visión conjunta, que empodere a los ciudadanos sobre las realidades de su territorio, pero también de la gestión del desarrollo local por medio de inversión en servicios como salud, educación, cultura y recreación. ¿Estarán nuestros mandatarios a la altura de este reto? #LaIgualdadEsImparable

*Representante a la Cámara.