CULTURA
Las molas: una artesanía de Panamá para el mundo
Estas coloridas piezas son el principal testimonio artesanal de los kuna. Además de brillar en las pasarelas internacionales y de ser para algunas familias la principal fuente de ingresos, protegen al cuerpo de los malos espíritus.
Encuentra aquí lo último en Semana
Petro sostiene que la propuesta es cambiar “el modelo que tenemos porque se fundió por sacar carbón” ante cifras de crecimiento económico
Importante gasolinera, con presencia en Colombia, cerrará 1.000 estaciones de servicio; esta es la razón
Atención: expresidente Juan Manuel Santos será investigado por intrusión y presunto saqueo arqueológico al galeón San José
Más de 30.000 indígenas conforman la comunidad kuna o guna que se ha extendido entre el Urabá chocoano hasta las islas cercanas a la selva del Darién, en Panamá. Esta etnia se caracteriza por confeccionar las famosas molas: piezas en tela que además de identificar a las mujeres, se ponen delante y detrás del tórax para proteger al cuerpo de los espíritus malignos.
En el idioma kuna (dulegaya) significa ropa o blusa y son elementos artesanales que representan la cosmogonía de quien las realiza. Su origen se remonta a la pintura corporal (tatuajes), que con el paso del tiempo dejó de plasmarse en el cuerpo para estamparse en pedazos de tela.
Los patrones son en su mayoría abstractos y se han vuelto recurrentes las imágenes de laberintos, ya que para esta comunidad el hombre, la vegetación y los animales se encuentran en caminos complejos. También son frecuentes las figuras geométricas que relatan escenas mitológicas como la creación del mundo. Para fabricar las molas utilizan entre dos y ocho colores, y debido a la técnica del appliqué inverso, el tono que está por debajo empieza a aparecer por encima.
Las mujeres kuna tienen en las molas su principal actividad y para un gran número de familias estas representan la mayor fuente de ingresos. El proceso de creación puede durar hasta dos o tres meses según la calidad y los detalles que se miden por las puntadas: mientras más pequeñas e imperceptibles, más costosas. Los precios arrancan en 5 dólares y algunos diseños llegan a superar los 100.
Varios diseñadores, como la alemana Alexandra Krajczyczek, se han interesado por introducir estas piezas en confecciones provenientes de diversas partes del mundo. Para hacerlo, les compran a los kuna la materia prima y posteriormente las plasman en otras prendas como carteras, sobres o clutches. Igualmente han trabajado con ellas otros diseñadores como José Valerín y Franklin Panamá. Así han demostrado que las molas dejaron de ser solo una artesanía para convertirse en protagonista de la moda internacional.