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"Bach es nuestro dios": Cristina García Banegas

La organista uruguaya es la primera mujer y representante latinoamericana que se presentará dentro del marco de conciertos Bach en Bogotá. SEMANA habló con la artista sobre la influencia que tuvo el gran cantor de Santo Tomás de Leipzig en su vida y en la música popular.

28 de julio de 2017

Semana: En 1985 presentó la obra integral de Johann Sebastian Bach para órgano. ¿Qué recuerda propiamente de toda la experiencia que tuvo en ese año?

Cristina García Banegas: Recuerdo que después del último concierto tuve que acostarme quince días para descansar y dormir. Porque fue un "tour de force" enorme. Eso también es producto de una ambición, de un sueño.

A uno le parece que no lo va a poder hacer, pero bueno, bien o mal, todo fue muy exitoso. Tienen ustedes también gran público que asiste a disfrutar esto, y llama la atención, porque bueno, siempre que hay conciertos con obras de Bach - al menos en mi país – y se sabe que va a haber un lleno completo en la iglesia; tanto en órgano como música vocal e instrumental. Yo busqué fue hacer diez conciertos, primero en una misma iglesia, que es la Iglesia del Sagrado Corazón - que se encuentra en la región de Punta Carretas, en Montevideo - y ahí hay un órgano neo-barroco, Alemán, y me parece que traducía estrechamente la sonoridad del propio estilo de Johann Sebastian Bach. Y después viajé al interior, además de tocar en otras iglesias de Montevideo.

Fue precioso, porque el público estaba necesitando una transformación. Estamos hablando de un momento en el que estábamos saliendo de una dictadura muy grande, muy difícil, y no había muchas posibilidades de escuchar música de este tipo.

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Semana: Hablando de eso, precisamente, después de que grabó la obra integral, tuvo la suerte de tener una aproximación a diferentes órganos que fueron también ejecutados por Bach, ¿Cierto? 

C.G.B.: Así es, y tengo discos acá de esos, también, increíblemente. Mira el primero que se me viene a la mente fue en la primera grabación que hice después de la reconstitución, porque tocó reconstruir el instrumento y volverlo como fue en su inicio, un pequeño instrumento de un manual que está cerca de la ciudad de Leipzig, en una pequeña iglesia. Ahí el viejo Bach, que no era viejo, estrenó ese órgano, inclusive compuso una cantata en la cual su esposa Ana Magdalena cantó como solista soprano con organo obligatto, o sea que tenía orquesta y el órgano no solamente acompañaba armónicamente, sino que hay momentos en que tiene concertatto, o sea que el órgano hace lo que haría un violín, por ejemplo, con mano derecha, y mano izquierda lo que hace el bajo continuo. El hecho de grabar ahí enseguida que fue restaurado y recuperado como tal, como instrumento igualito al de Bach, bueno... sin palabras.

En Dresde, por ejemplo la Hofkirche, que es la Iglesia de la Corte, una iglesia católica ahí está el último órgano construido por Gottfried Silbermann y terminado por Hildebrandt, bueno ahí también grabé y me emocioné terriblemente. En Freiberg, que es Sajonia también, grabé con los órganos Gottfried Silbermann, fue en la Catedral Domn y en la Iglesia de Pedro. Seguramente hay más... a veces olvidas de mencionar la principal, eso puede ocurrir.

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Semana: ¿Qué recuerda del coro ‘Los niños de tu ciudad‘?

C.G.B.: Es un proyecto que presenté a la Intendencia de Montevideo y mi idea era conformar diferentes coros de niños en diferentes barrios, tuvo éxito al principio, pero después no tuvo seguimiento porque cambió el gobierno (risas). Por ende eso nada se muere, todo se transforma. Quedó en una deformación que terminó en algo precioso, que se llaman los Deprofunditos, porque tengo el ensamble de Deprofundis y estos son los chiquitos, que están en el Museo de Arte Precolombino Indígena, museo con el cual interactuamos desde que estoy trabajando junto con el profesor Luciano Pairet. Trabajamos haciendo incapié en la música de nuestra América, o sea que hay música popular y de archivos de nuestras catedrales.

Semana: ¿Cómo influye Bach en la música popular?

C.G.B.: Mejor pregunta no podías haber hecho. Me encantó. Yo creo que el Bach va de la mano con el otro loco italiano Antonio Vivaldi, en parte. La estructura armónica tiene semblanza, similitud. Esas estructuras de primer, cuarto y quinto grado y después empieza a desarrollar otros grados armónicos. Eso lo usa la música popular y yo creo que el apogeo lo tiene el jazz y que Bach tiene mucho que ver ahí. No solo en las melodías locas sino las secuencias armónicas, y después sin ir más lejos vamos a recrear algo... a ver si reconocen esto...

Escucha "Cristina García Banegas - Black Bird" en Spreaker.

Ahí tienen cómo Paul McCartney puso eso, creo que lo agarró de acá...

Y lo transforma un poco, todo eso lo van a escuchar el domingo. En el jazz se puede escuchar versiones de Eleanor Rigby o de las grandes canciones en tiempos de 5/4, 7/8 y lo inspiró algo sencillo, que es una base que viene del barroco

Semana: ¿Por qué se enamoró del Barroco?

C.G.B.: Porque me enamoré de The Beatles cuando tenía trece años y me tiraba en el piso a escuchar a diario. Había media hora de música que venía directo de ellos. Trece años... imagínate cuantos años atrás. Y lloraba, y me enamoraba de escuchar las armonías las voces y todo. Con el tiempo que voy aprendiendo una cantidad de cosas me doy cuenta que son barrocos.

Semana: ¿Qué hizo Bach que no hizo otro?

C.G.B.: (Risas) Esa sí no la sé responder. Yo lo que puedo decir es el porqué la mayoría de los músicos dicen que es el padre de la música, teniendo otros grandes como Moztarts, Beethoven, Schubert, Schumann etc y pido disculpas de todos los que me vaya a olvidar de enunciar. Ellos decían que era el padre de la música. Yo creo que es el equilibro, la estabilidad y eso que tiene de generar una esperanza. Es una música que genera esperanza, puede no comprender, puedes aburrirte después de escuchar unr ato largo algo que es calmo y no tiene mucha energía, ahí en intérprete es el que tiene que jugársela para traducir de manera interesante. 

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Semana: ¿Qué le parece llamativo de la vida de Bach?

C.G.B.: La genialidad que no la puedo explicar con palabras, él la puede explicar con sabiduría, con matemáticas, con teología, porque era un ferviente religioso, porque todo lo dedicaba al servicio y gloria de Dios. Esa capacidad de escribir una cantata por semana para que cada domingo su iglesia de Leipzig tuviera una diferente. Fueron más de 300, algunas se perdieron. Todos los concertos para orquesta, la obra integral de órgano, que son 20 discos, todas las pasiones -se perdieron dos-, la gran misa en Bm. Y después siempre lo tenía que hacer al servicio de alguien a ver si lo apoyaba económicamente...

Semana: ¿Bach es la banda sonora de Dios?

C.G.B.: Estamos en la Catedral... hay un amigo mío que es un ferviente de Bach, y siempre dice que cuando Bach llegó al cielo Dios se levantó del trono y se lo dio a él. Sí, es nuestro dios… sin duda.