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Polemica

Compre la orquesta

El futuro de la Orquesta Sinfónica de Colombia es incierto. El Ministerio de Cultura quiere renovarla pero sus integrantes temen que su final esté cerca.

7 de diciembre de 2002

No se van a acabar ni la orquesta ni la banda sinfónica". Esta es la primera aclaración que hizo a SEMANA Adriana Mejía, ministra encargada de la cartera de Cultura, después de los intensos rumores de que estas instituciones serían clausuradas en medio de una nueva política del gobierno. También desmintió que el presupuesto que se destina a la música sinfónica en el país sea abolido aunque sí quedó claro que están estudiándose algunas reformas que, obviamente, implicarán un cambio en la orquesta y en la banda actual.

Entonces, ¿qué se propone el Ministerio? Entre los puntos que se contemplan está la famosa propuesta que Rudolf Hommes puso sobre el tapete días atrás en una columna en el diario El Colombiano y que consistiría en una "Selección Colombia de Música". La idea sería mantener el nombre de la orquesta y de la banda como tal pero sus integrantes serían elegidos por un concurso, una convocatoria abierta en la que serían elegidos los mejores músicos de todas las ciudades y pueblos del país.

Y tal como ocurre en la Selección Colombia de fútbol esos músicos trabajarían en sus orquestas y bandas departamentales durante el año y serían llamados a formar parte de la orquesta nacional cuando se dé inicio a la que sería la temporada anual. Dicha temporada se llevaría a cabo en regiones específicas del país con el ánimo, de paso, de sacar la orquesta de Bogotá. Tal vez una temporada sería en la Costa Atlántica, al siguiente año en la Pacífica, por ejemplo, obligando a los músicos que aspiran a hacer parte de la orquesta de que cada año den lo mejor de sí para ser convocados nuevamente, como pasa con los futbolistas. Los parámetros de esa posible convocatoria tampoco están claros por el momento pero los músicos actuales también tendrían la opción de participar.

Se buscaría, siguiendo el paralelo con el fútbol, una renovación de una institución que ha sido un tanto cuestionada por su funcionamiento y, como dijo Hommes en su columna, "por negligencia, descuido, falta de recursos y público, o todas las razones anteriores fue volviéndose en un vetusto sindicato de músicos, un piano desvencijado". Los músicos argumentan que en los últimos cinco años la orquesta se ha renovado en un 30 por ciento con alumnos recién egresados de las principales universidades del país y que no entienden cuál es la intención del cambio. "A mí nadie me llamó para mirar cómo funciona la orquesta. Si me parece buena o mala. Quieren hacer cambios pero el Ministerio no ha dicho cuáles son los problemas de la orquesta. ¿Los músicos son malos? ¿La orquesta es mala? A mí nadie me ha consultado nada", comentó Irwin Hoffmann, director de la Orquesta Sinfónica de Colombia.

Otra idea que está estudiando el Ministerio es crear un solo ente sinfónico, argumentando que tanto la orquesta como la banda emplean instrumentos similares y que, supuestamente, practican un repertorio también muy similar. Sin embargo nada de lo anterior está definido. Se presentó un documento con una serie de propuestas al Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) y la respuesta se espera antes de que finalice el año.

Lo cierto es que tanto a Hoffmann como a los músicos los invade por estos días una gran incertidumbre. Si bien se reunieron con Adriana Mejía el pasado martes, a ellos no les quedó muy claro qué sucedería. Se tiene previsto el inicio de la temporada sinfónica en el Teatro Colsubsidio para febrero pero el Ministerio no le ha dicho a Hoffmann si en efecto se realizará. "Me parece una falta de respeto conmigo. Yo acostumbro a trabajar con mucho tiempo de anticipación y este es el momento en que nadie me ha comunicado oficialmente nada", dice. Para él incorporar nuevos músicos no es la solución de los problemas de la orquesta pues hay otros inconvenientes de fondo, como la divulgación y la propia administración, "nosotros no tenemos un gerente y la gente tampoco sabe mucho de nuestros conciertos porque carecemos de una oficina de comunicaciones. Hago una comparación: el Ministerio piensa que la obra de arte está quedando mal pero le está echando la culpa al pincel y no a quien maneja el pincel, que son ellos mismos", dice Orlando Donado, asistente personal de Contrabajos.

Esta acción del Ministerio corresponde a una política de descentralización anunciada desde que comenzó el nuevo gobierno con el objetivo de que los departamentos reciban recursos de una manera equitativa, dando prioridad a cuatro puntos clave: la música, la lectura, el patrimonio y los valores. Adriana Mejía aclaró que los 3.000 millones de pesos que están destinados a la música sinfónica se mantendrán aunque con la salvedad de que los recursos se destinarán de la manera que convenga y de acuerdo con lo que finalmente se decida.

La renovación en la orquesta es necesaria siempre y cuando no se acabe pues es la institución más prestigiosa que puede tener un país en este campo. Eso opinan los entendidos en el tema. "Ciudades como Berlín o Londres se dan el lujo de tener tres, cuatro o hasta siete orquestas, todas de muy buena calidad", comentó un experto que prefirió no ser citado.

Más allá del resultado de esta polémica, lo cierto es que gracias a la columna de Hommes el país volvió a acordarse de uno de sus grandes orgullos de un pasado no muy remoto, cuando la Sinfónica de Colombia se codeaba en igualdad de condiciones con los grandes solistas y concertistas del mundo de los años 50 y 60 que tocaron con ella, como los legendarios pianistas Paul Badura-Skoda, Arthur Rubinstein, el violinista Jasha Heifetz, los directores Antal Dorati y Leopold Ludwig y el cellista Pierre Fournier, al igual que compositores como Paul Hindemith e Igor Stravinsky, que la consideraban como una de las mejores de América del Sur.