Cada año, la clausura de la FIAC suscita las mismas controversias ¿Valía la pena? Imperturbable, Alonso Garcés piensa que sí. Los pintores colombianos no pueden permanecer en el país y las galerías, a pesar de los altos costos --la participación, en general, en la FIAC costaría alrededor de un millón de pesos- deben asegurar esa promoción.
Las galerías francesas, por su lado, parecen haber vivido, este año, el evento en un clima de mayor serenidad, a pesar de la decisión del gobierno de excluir las obras de arte del patrimonio que, después de 30 millones de pesos está sujeto a un "impuesto por alta fortuna".
Por otra parte, y contrariamente a lo anunciado por los organizadores, la FIAC parece haber acogido el mismo porcentaje de "clásicos", reavivando así el viejo debate entre los que consideran que la exposición de los artistas consagrados opaca, de alguna manera, los trabajos de los jóvenes pintores y los que defienden que sólo este tipo de ferias favorece la muestra de obras a las cuales el acceso es difícil.
La fotografía, a la que la feria abrió sus puertas este año, es la novedad de la FIAC en la zona reservada a las "nuevas tendencias". Varias galerías Francesas y Alemanas presentaron, en efecto, los trabajos de artistas cuya edad oscila entre 22 y 26 años.
Comentada por la prensa especializada desde hace un año, patrocinada por el Ministerio de la Cultura para realizar una importante exposición en los Estados Unidos, ampliamente representada en la bienal de París, la nueva pintura ya es presentada como el hecho artístico más importante de los últimos años en Francia. --Los "especialistas" no han elaborado aún un análisis definitivo, pero los jóvenes artístas han afirmado, sin embargo, ciertos elementos que permiten conocer sus motivaciones y el marco en el cual inscriben sus investigaciones
Sus orígenes suscitan la discusión pero, en realidad, no les preocupa, ¿hubo una influencia del movimiento "graffiti", aparecido a fines de los años 60 en los Estados Unidos y del cual Haring, Basquiat, Keith, Futura 2000, Frash expuestos actualmente en las galerías de Nueva York, son legítimos representantes?
Blais, Boisrond y Di Rosa, tres integrantes de la nueva cultura, interrogados por SEMANA, insistieron sobre el carácter específico del movimiento francés y prefirieron hablar de la nueva "expresión plástica paralela a lo que se lleva a cabo en los Estados Unidos".
Sus obras son, dijeron, fruto de sus propias referencias culturales. Todos han bailado y bailan el rock y aprecian el jazz, el reggae, la punkmusic o la salsa. Todos leen la prensa y las tiras cómicas que, desde hace algunos años, han conquistado su sitio, en los mejores semanarios y en cualquier biblioteca. Esto explica que, a pesar de haberse desarrollado simultáneamente en varias regiones y en París, la nueva pintura francesa puede ser representada a través de ciertos rasgos que caracterizan a la mayor parte de los jóvenes artistas.
El recurrir a las técnicas de la lectura tradicionalmente considerada, como "pobre" (tiras cómicas, cine de mala calidad) es, además de provocante, el medio que los jóvenes utilizan para expresar su rechazo al arte conceptual, calificado por Blais de "frío, intelectual y cerebral. Sin vida, en definitiva". La opción en favor de los materiales extremadamente efímeros (cartones cartulina o lienzos sin reparar) o frágiles, cuando se trata de esculturas tampoco es fortuito. La despreocupación que los jóvenes artistas muestran así por sus obras corresponde, de alguna manera, a la actitud de los europeos, para quienes el futuro ya no es, se nos dijo, un sujeto de interpelación.
Los bastidores y los marcos han desaparecido. Esto obedece, explicó Boisrond, a la necesidad de explayarse, de luchar contra los límites que imponen los marcos. Es una opción fundamental, en definitiva, en favor del espacio.
Pero, paradójicamente, los jóvenes pintores y escultores no pretenden "hacer algo nuevo". Su lenguaje provocador, su retorno a una especie de ingenuidad sana para encarar la complejidad los años 80, no busca romper con el arte "solemne de museos", ni aspira a penetrar en ellos.
Según Jean Blais, "la situación actual es demasiado compleja para plantar una renovación compleja de los valores imperantes a partir de un lenguaje primario de ruptura". Los jóvenes pintores aspiran, en cambio, a crear "redes culturales" inéditas, conformadas por todos los elementos a su disposición que utilizan de manera indiferente, sin ninguna jerarquía.
En este sentido, los jóvenes artistas rechazan la noción de "filiaclón pictórica", reivindicando el derecho a utilizar, como cualquier investigador, elementos de culturas incongruentes o de pintores tan diversos como los maestros del quatrocentro, Picabia, Picasso, Malevich. "No pienso ocultar las influencias de los otros pintores, confesó Jean Blais. Quiero, por el contrario, acentuarlas, hacerlas visibles, estableciendo así un diálogo irrespetuoso con los grandes de la cultura. No porque son grandes, sino porque me apasionan".
Los resultados de este movimiento que "involuntaríamente" han creado, los deja, por ahora, indiferentes. Lo que les interesa es trabajar y darle confianza a la práctica", manteniendo su fidelidad a sus propias referencias culturales.
SANTIAGO CARDENAS: UNA OPINION SOBRE LA FIAC
"En la FIAC he podido observar un enorme contraste entre el arte europeo y lo que estamos haciendo los pintores colombianos, me ha llamado la atención el conservadurismo que existe en la Feria Internacional. Se sigue exponiendo con prioridad, los valores que la pintura francesa produjo desde el siglo pasado hasta la segunda guerra mundial, cuando la mayoría de artistas emigraron hacia los Estados Unidos. Ese dinamismo no ha regresado.
Pues lo más interesante este año viene de Italia o de Alemania. Lo que he visto en la FIAC me parece corresponder a dos necesidades. Por un lado, están las obras de los clásicos, destinadas a convertirse en excelentes inversiones o a dar prestigio y, por otro, muchas obras puramente decorativas que deben cubrir la demanda del mercado, estas dos tendencias impiden que las galerías presenten a los artistas jóvenes.
Esto explica, seguramente, la ausencia de las galerías norteamericanas. Por otra parte, me resulta extraño, comprobar que el peso de la tradición es tan fuerte en Europa que algunos artistas siguen pintandó la luz como si la electricidad no existiera. Creo, sin embargo, que es necesario participar. Venir a una Feria como esta nos permite evitar muchos errores y provocar un choque cultural que cambie la imagen que los europeos siguen teniendo de América Latina.
Personalmente, la FIAC me ha mostrado que estoy andando por un camino poco trillado, poco pisoteado. Un camino que, en definitiva, me ha realizado y permitido encontrar cosas propias".