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DE VIVA VOZ

En el Palacio de los Deportes, a los 51 años, Paco de Lucía, el más grande guitarrista flamenco del mundo, inicia su carrera como 'cantaor'.

16 de noviembre de 1998

El flamenco está estremeciendo al mundo. Jamás, a lo largo de su historia _que en realidad es relativamente reciente_ se había impuesto de una manera tan contundente en latitudes tan disímiles como Tokio y Nueva York, o París, Buenos Aires y Bogotá. Evidentemente es el resultado de un arte que no se ha dejado anquilosar. Entre otras cosas por la aparición de estrellas de talla internacional, como los bailaores Joaquín Cortés y Antonio Canales, y por la voz de la guitarra de Paco de Lucía.
En una época de guitarristas estelares, como John Williams, o sus compatriotas los hermanos Romero, Paco de Lucía ha conseguido generar un espacio en el mundo de la interpretación guitarrística internacional, en el cual sencillamente no tiene rivales. Pero además se ha dado el lujo de demostrar que está en la posesión de los medios para enfrentar el repertorio clásico de su instrumento, con su interpretación legendaria del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo o la música de Manuel de Falla. Sin embargo sabe que lo suyo es el flamenco y lo entiende como un arte en permanente evolución. Fue de su mano que la caja peruana hizo su entrada al flamenco, cuando la recibió de manos de Chabuca Granda. Hoy en día es casi inconcebible hacer flamenco sin ella.
El próximo miércoles se presenta en el Palacio de los Deportes de Bogotá. Lo que podría ser otra aparición suya ante un público que desde hace años ha aplaudido sus presentaciones se convierte en ocasión excepcional. Porque ha tomado la decisión de dar una especie de vuelco trascendental en el estreno de su nuevo trabajo: Luzia, un homenaje a su madre, recientemente desaparecida, y a Camarón de la Isla, su compañero de juventud y una de las leyendas del flamenco. Homenaje en forma de Seguiriya para la madre y Rondeña para Camarón. Vuelco trascendental porque marca su iniciación como cantaor, una faceta hasta ahora desconocida por el gran público.
Para la noche del miércoles estará con su guitarra, acompañado de percusión, bajo, mandola, flauta, saxo, cante y guitarras, recorriendo el vasto panorama de la música flamenca, desde bulerías hasta tangos sin hacer de lado los ritmos obligados de la rumba, rondeñas, soleás y alegrías.
Tras la organización del evento está el Teatro Nacional, que se da el lujo de presentar, además del Festival Iberoamericano de Teatro, los más representativos espectáculos que ha visto Bogotá en los últimos años: Luciano Pavarotti, el ballet argentino de Julio Bocca, Plácido Domingo, Joaquín Cortés, Antonio Canales, y ahora el debut de Paco de Lucía como cantaor flamenco.