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EL CUARTO DE HORA

Dos siglos después de su muerte, se descubre que Antonio Salieri sí era un buen compositor.

25 de mayo de 1987

Tal parece que la música de Antonio Salieri, el compositor del siglo XVIII acusado por la historia de haber envenenado a Wolfgang Amadeus Mozart, tendrá una oportunidad de reivindicación.
El impulso se lo dio "Amadeus" la película de Milos Forman, basada en la obra de Peter Shaffer, que en 1984 arrasó con todos los óscares de la academia de Hollywood, planteando "a todo color" la teoría de que Salieri fue el más envidioso y mortífero rival de Mozart.
El doctor Rudolph Angermuller de Salzburgo, autoridad en ambos compositores, acepta que la película tuvo un "enorme efecto" sobre el interés de la opinión pública en Salieri. "Es una gran película", afirma, aunque advierte que no debe ser, sin embargo, confundida con la historia real.
Salieri compuso cerca de 40 óperas a lo largo de 35 años, ninguna de ellas conocida por el público contemporáneo. Pero varias han sido representadas o interpretadas últimamente, y otras están en proceso de su montaje. Su "Falstaff" fue grabado el año pasado, representado en Parma en enero y abrirá el festival de Bordeaux a comienzos del mes entrante. Y libros con extensas críticas de varias de sus óperas están en proceso de edición.
En 1984, año en el que la película fue estrenada, el catálogo de Schwann solo registraba cuatro títulos de Salieri, el más importante de ellos, un concierto para flauta y oboe. Ahora el "Falstaff", un concierto para piano y otros trabajos han sido añadidos a una lista que parece crecer todos los meses.
Hace dos semanas se presentaron varios conciertos con música de Salieri en el Rider College de Lawrenceville, de Nueva Jersey, incluyendo la Misa en B y un concierto para órgano, bajo la supervisión de Jane Schatkin Hettrick, musicóloga y profesora de música. F. Murray Abraham, quien ganó un Oscar por su papel de Salieri en la película, envió un video que fue exhibido durante los conciertos. Eso significa que la película verdaderamente le dio un empujón a la memoria del compositor. Como en la década de 1780, en la de 1980 todo el mundo ha vuelto a oír hablar del olvidado compositor.
Pero el Salieri de Peter Shaffer sufre una transformación de personalidad, entre la obra de teatro y la película.
En la primera, el compositor es descrito, con algo de simpatía, como el "santo patrón de la mediocridad", incapaz de comprender el genio de Mozart.
En la película se transforma en un verdadero demonio, especialmente en la escena final, en la que aprovecha los delirios de Mozart en su lecho de muerte para tornarle el dictado de su "Réquiem" "en un desesperado intento por robarle a Mozart un poquito de eternidad", en palabras de Shaffer. Y aunque acepta que la escena es obviamente indefensible en el terreno de los hechos, "lo es -o eso espero- en el terreno teatral y cinematográfico, que bebe de la ficción dramática".
Pero lo que él llama una "impresionante pero incompleta leyenda", tiene poco soporte en la realidad.
Supuestamente Salieri, antes de su muerte a los 74 años en 1825, confesó haber envenenado a Mozart, pero los historiadores no toman esta confesión seriamente. En 1830, Pushkin utilizó este posible envenenamiento como el clímax de su poema dramático "Mozart y Salieri", base de la ópera de Romsky-Korsakov.
Mozart, en cartas a su padre, se quejaba de las "intrigas" de Salieri, pero Mozart vivía con delirios de intriga. Y en una carta, poco antes de su muerte, contaba que había invitado a Salieri al estreno de "La flauta mágica" y que este gritaba "bravo" o "bello" luego de cada número. Según el doctor Angermuller, "en el nuevo diccionario "Grove de la música y de los músicos", el rumor de que Salieri envenenó a Mozart carece de fundamento alguno".
El verdadero Salieri no solamente fue un prolífico compositor, sino la personalidad más poderosa en el mundo de la música vienesa, durante casi una mitad de siglo.
Nacido cerca de Verona, Italia, en 1750, seis años antes que Mozart, recibió una sólida educación musical. Huérfano a los 16 años, fue llevado a Viena por Florian Gassmann, por ese entonces la principal figura musical en la corte de Habsburgo. Cuando Gassmann murió, Salieri lo sucedió como compositor de la Corte y conductor de la ópera italiana. Tenía 24 años. Catorce años después consolidó su influencia, al convertirse en el kapellmeister de la Corte. Mozart quien lo intentó mucho, jamás pudo pasar de una posición menor en la Corte.
Además de ser compositor y administrador, Salieri fue un importante profesor. Sus pupilos incluyeron a Beethoven y Schubert, quienes le dedicaron algunas de sus piezas musicales.
Los partidarios de la música de Salieri dicen que hay un maravilloso material que espera ser rescatado del olvido. Gracias, irónicamente, a una película que concentró toda su atención en Mozart -con un poquito de ayuda de Salieri-.