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"EL LOBO ES UNA CAIDA SOCIAL"

ANTONIO MONTAÑA

29 de febrero de 1988

Antonio Montaña, en su libro "Fauna Social colombiana", hizo realidad el sueño de muchos escritores colombianos: describir "zoociológicamente" personajes tan famosos como el sapo, el gallinazo, la culebra o la rata. Quienes lo han leído opinan que, a pesar de que no se dan nombres, se puede visualizar claramente a los mayores exponentes de cada una de las especies estudiadas. Enrique Pulecio lo entrevistó para SEMANA en su casa de las afueras de Bogotá, en donde hablaron de muchos de los animales de la "Fauna Social Colombiana" y de sus orígenes.

SEMANA: El origen del libro surge con la historia social del lobo...
ANTONIO MONTAÑA: Bueno, jugando con el lobo he tratado de explicar porqué aparece éste fenómeno social en Colombia y qué representaba. Hay que tener en cuenta que, finalmente, debemos ser considerados con el lobo. El lobo en un principio era un chiste.

S.: ¿Se burlaban de sus intentos fallidos por escalar posiciones?
A.M.: Nos burlábamos por la misma razón que uno se rie cuando alguien se cae. Es una tragedia que alguien se caíga en la calle, pero uno se rie. Bueno el lobo es una caída social, o un porrazo social. Todo esto no fue más que la invención de una clase. El lobo representaba un contrapelo a las costumbres. Pero la tragedia del lobo es que nunca llegó a ser consciente de sí mismo. Jamás se respetó a sí mismo. Y esto esta en el libro. Trato de imitar una clase y eso se llama alienación. El lobo asi es un alienado pues tiene un modelo. Se ha olvidado de si mismo y quiere ser otro. Es una enfermedad mental. Me parece mucho más noble el mandril, que le importa un carajo todo lo demás. Pero el mandril es muy peligroso. Terminó haciendo importaciones ilegales a los Estados Unidos.

S.: El lobo lo precipita a usted a la observación de una fauna mucho más compleja, o por lo menos más amplia.
A.M.: Es que el lobo no está solo. Ni es tan claramente lobo. porque la loba no es idéntica al lobo. Y es muy distinto del mandril. El mandril no es en realidad un personaje, representa una cultura colombiana. El mandril descubrió el grave pecado colombiano que es ser pobre. El único gran pecado para él es ser pobre, entonces tiene que andar con muchos billetes en el bolsillo. Lleva una conciencia social clarisima. También la del mandril es la cultura del machismo y la del consumismo.

S.:¿ Pero esa visión no está enfocada a través de una óptica que es como la de una clase alta, que mira por encima del hombro a otras clases y con cierto desdén?
A.M.: La teoría mía, que está en el epílogo, es que fue la clase alta la que, sintiéndose asediada, resolvió eliminar a sus posibles enemigos dándoles nombres de animales. Pero esa es una eliminación puramente mental, no real, porque la sociedad resultó ser mucho más loba. Los lobos ganaron, los mandriles están gobernando. ¿no? A las piscas les va divinamente, las gallinas tienen de pronto sus desastres, pero ahí van... los gorilas...están felices. Entonces todo ese intento de una clase por minusvalizar y eliminar a las otras, tratándolas como "animales", no fue más que una figura mental. La economía ganó.

S.: ¿Usted cree que un "animal" filiado en el libro se identifique con el tipo de comportamiento que describe?
A.M.: Yo creo que siempre identifica a otro. Pues claro, son los mecanismos de defensa. Hasta ahora no he conocido a alguien que haya leído el libro y que me diga: "¡Carajo, me pusiste en ese capítulo!" No, no. Todos dirán: no me he encontrado.

S.: Como Swift, usted no parece tener los mejores sentimientos hacia la gente y la sociedad de su época.
A.M.: Claro que no. Frente a las sociedades uno siempre está tratando que sean distintas, si no se hubiera quedado en la sociedad... de los hermanos maristas. La residencia en una sociedad implica su capacidad de crítica.

S.: El suyo, aunque es un libro humorístico, es también crítico.
A.M.: Es que el humor es crítico. Oscar Wilde cuando soltaba una parrafada no la soltaba para hacer un chiste, sino para acusar determinado comportamiento. Y cuando la gente entendia el sentido de la frase, se reía porque recordaba el comportamiento. Es que el humor, el chiste, no es gratuito; el chiste tiene que estar intimamente ligado a un comportamiento, a algo específico. Pero yo no me propuse hacer humor en el libro. Al contrario. A veces me parecía un libro malhumoradísimo. Es que uno no puede escribir acerca de cómo han explotado a esta sociedad, feliz, tratando de hacer un chiste. No, estaba furioso con las culebras que se tiran a los empleados públicos, con las águilas... pero quiero mucho a las mulas. Son unas víctimas. Una sociedad que para hacer caridad ha vivido de las loterías, un país que cree en la suerte, tiene que producir mulas. Creen que con un día de suerte "coronan", y son ricas. Es un país que no le enseña a la gente sino eso. No es que me burle del país, es que me río trágicamente de él.

S.: En el libro hay una regla para la descripción de los animales y es que ésta se realiza a través de los ritos galantes y de la aproximación sexual.
A.M.: Es que se reproducen. Tienden a reproducirse. La gente tiene un comportamiento social y oscuramente -eso no se atreve a contarlo todos los días- tiene un comportamiento sexual. En este juego que yo escribo, es como una ontología, el "ontos", el porqué se es lobo. El origen de ser lobo. El mandril es una fenomenología: descripción. La lagarta y el lagarto, una ontología. La culebra una historia de la economía: la culebra se reproduce en vales, pero se reproduce y a veces se enculebra por andar reproduciéndose. Además la reproducción no sólo es el ejercicio fisiológico, sino que tiene sus consecuencias, que son múltiples en el aspecto social. El chiste consiste en ponerle a la cultura un título. Por ejemplo a la lagarta (Talveztelodoy, o talveztelopido), tratar de dividirla en especies. El aporte del escritor aquí es el describir y dicernir el comportamiento de las formas culturales: la cultura en ascenso de las lagartas en el ejecutivismo, y la cultura del pobrediablismo, en lo femenino. Es un libro en serio y en broma. Es necesario darle unas referencias al lector, pero que, siendo suficientemente cauto, no se tome todo esto como una averiguación minuciosa, pretenciosa y absoluta de profesor. Es un libro que siendo muy en serio, no se le puede tomar en serio. Es peleón, es agresivo. Tiene humor negro, pues ahí están puestas las tragedias del país.

S.: Puede haber un signo que se articula para determinar comportamientos sociales: lo que unos regalan a otros. El libro "Fauna social colombiana" ¿quién lo regalaría?
A.M.: Me encontré con una gran sorpresa: que lo regaló el Banco de la República. Me imagino que van a echar al pisco que dio la orden de comprarlo.

S.: ¿A Belisario lo incluiría en la fauna?
A.M.: No. Lo hubiera filiado como alma de Dios. No lo pongo en el bestiario, sino en el "armario". Aun cuando dicen las malas lenguas que tenía un hermano lobísimo, que brillaba los zapatos con pañuelos de lino.

SEMANA ofrece a sus lectores apartes de las definiciones de algunos de los "animales" más conocidos de la "Fauna Social Colombiana".

EL LOBO:
Un buen lobo es capaz de sacrificar la vida de su madre para demostrar que no es lobo. Y la forma más palpable de lograrlo es íngresar al consumo suntuario. Por eso el lobo ejecutivo compra relojes Cartier más grandes y más enchapados en oro que los de su patrón, que no los usa, como el lobo, para mostrarlos en la sala de juntas remangandose un poco la manga de la camisa para hacerlos notorios, sino para mirar la hora.

EL GALLINAZO:
El gallinazo ataca frontalmente a la mujer que selecciona. Al contrario del Don Juan, que asedia con infinita paciencia y conquista haciendo gala de su cabellerosidad sin medida, el gallinazo va directamente al grano y actúa con la seguridad que le da la convicción de su capacidad de conquista. No es un seductor que planea una estrategia, ni va convenciendo poco a poco a la mujer de que la adora. Propone. Y si lo rechazan, da las espaldas y busca una nueva presa.

EL MANDRIL:
Como las urracas, el mandril ama el brillo del metal. Y no me refiero al oro que pueda enchaquetarle un diente, sino también al estaño, al cobre, la plata, el aluminio y a todas las aleaciones de la bocelería. Usa los metales de manera indistinta: en pulseras anillos, cadenas, llaveros, chapas, hebillas, botones, esclavas y relojes. Y en adornos para su carro.

EL LAGARTO:
El lagarto en terminos generales no tiene la irisada coloración del animal cuyo nombre ha tomado, sino que más bien es un sujeto gris, aburrido, insistente, que está seguro de ser importante. Y esa es a la vez su desgracia y la desgracia de sus interlocutores, porque es la sensación de su propia importancia y la seguridad en la importancia de la persona a la que acompaña de donde el lagarto toma, como del sol la lagartija, sus posibilidades de sobrevivencia; su energía.

EL MACHO:
En suma: el macho es -o cree serlo- un ser perfecto, que tiene enfrente suyo a un ser absolutamente imperfecto: la mujer.