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El mundo de los niños

La literatura infantil está de moda y ahora los niños escriben algunos de sus propios libros.

4 de diciembre de 1989


"La flor de Lilolá". - Luis Fernanda Macías - 52 páginas
"Historia en cuentos"- Eduardo Caballero Calderón - 4 volúmenes
"Cuentos de Pombo pintados por Lorenzo Jaramillo". Segunda edición.
"Las vacas comen espaguetis" - Laura Restrepo y Carmen Restrepo -
64 páginas.
La literatura infantil se puso de moda. Hasta hace unos diez años era imposible conseguir cuentos para niños, diferentes a los tradicionales de los hermanos Green o Charles Perrault. Y en lo que respecta a la producción nacional las fábulas de Rafael Pombo eran inevitables y únicas. Sin embargo, las editoriales y las empresas volvieron sus ojos hacia el público infantil y comenzaron a estimular escritores y a realizar concursos, cuyo único objetivo era conformar un grupo de literatos dedicados a escribir para niños. El resultado ha sido estupendo y ya no sólo se encuentran muchos libros muchos escritores infantiles, sino hasta librerías especializadas en literatura para niños.
Carlos Valencia Editores viene metiéndole el hombro a esta actividad y acaba de lanzar la Colección Infantil y Juvenil. "La flor de Lilolá", de Luis Fernando Macías, es un relato basado en una antigua leyenda española en que se narran las aventuras de Enoc para recuperar a su novia raptada por un mago. Cuatro volúmenes de historia, de Eduardo Caballero Calderón en donde abarca, no en orden cronológico, las etapas del Descubrimiento, la Conquista, la Colonia, la Independencia. El denominador común de estas narraciones es la aparición de protagonistas juveniles que se convierten en personajes centrales de cada etapa histórica.
"Los cuentos de Pombo", pintados por Lorenzo Jaramillo, es la presentación nueva de un autor viejo. La Pobre Viejecita, Rin Rin Renacuajo y Simón el Bobito adquieren por obra y gracia de la pintura de Jaramillo cuerpo y colorido. Vale la pena destacar dentro de esta colección un libro narrado y dibujado por niños y ensamblado por sus madres.
Con el sugestivo y simpático título de "Las vacas comen espaguetis", la periodista Laura Restrepo, madre del escritor de 9 años Pedro Saboulard Restrepo, y la historiadora Carmen Restrepo, madre de la pintora de 5 años María Mallarino Restrepo, presentan un libro novedoso, agradable y entretenido.
La gran virtud de "Las vacas comen espaguetis" radica en la originalidad. Recoger los chispazos de los niños, sacarlos de la sala de la casa y de los comentarios entre tías, primos y abuelos para con la paciencia del santo Job ir reuniéndolos y luego compartirlos con todo el mundo. Esta es una virtud digna de ser tenida en cuenta. Desde el título, pasando por cada uno de los capítulos, hasta la última hoja, con la reseña biográfica de los niños, este libro parece tener duende propio. La lectura agarra a grandes, pero, sobre todo, a los chicos y a los jóvenes de forma tal que el libro se puede leer de una sola sentada. Como si fueran hadas madrinas con varita mágica, los cuatro autores logran que sus lectores no dejen el libro hasta que no lo hayan finalizado. No más de 30 minutos toma este hermoso recorrido por temas tan diferentes y tan de alto vuelo como la muerte, el futuro, la soledad, el amor, la guerra, la prehistoria, el nacimiento o la paz.
Aún cuando la pluma de Laura Restrepo fue definitiva para armar los textos de Pedro, es innegable la inteligencia y chispa del niño al abordar con perspicacia y simpatía cada tema. Si a esto se agregan los dibujos de María que en las láminas de color se aprecian en toda su dimensión, el producto final no podía ser diferente.
"Las vacas comen espaguetis" se convertirá, sin duda, en uno de esos libros indispensables en la biblioteca de cualquier niño. Pero no sólo como un libro de consulta, o como esos libros que se regalan, se leen unas pocas páginas y se dejan. No. Este libro pasará a ser un compañero agradable e inseparable para niños, hecho por niños. Y así como las dos madres Restrepo se dieron a la tarea de llevar de la mano a sus hijos para que dieran rienda suelta a su imaginación, muchas otras madres encarretarán a los suyos a lo largo de las 65 páginas, en un viaje pintoresco y simpático que les recordará en muchos de sus pasajes lo que los propios niños lectores han pensado en algún momento.
"Tengo un terrible dolor de cabeza. Es algo en mi cerebro que hace que lo que pasa en el mundo me parezca malo y feo. ¿Sabes qué me puede mejorar? Pues Focus, que alivia el dolor, yo vi el aviso por televisión Dame Focus para que yo deje de pensar que todo es porquería. Este es un botón de muestra de lo que el lector se puede encontrar si acepta la invitación de leer "Las vacas comen espaguetis" .