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A la izquierda, arriba, una foto de Timbío. Abajo, Elizabeth Sánchez, una de las protagonistas de la película. A la derecha, la carátula de la obra. | Foto: Archivo particular

HISTORIA

La película que puso a actuar a todo un pueblo

En Timbío, Cauca se filmó ‘El Viacrucis’, una producción que se financió con aportes en especie de los pobladores, quienes participaron en el rodaje.

5 de mayo de 2015

Hacer cine en Colombia sigue siendo un verdadero viacrucis, pero un grupo de artistas vallecaucanos acaban de encontrar la fórmula para contar grandes historias con pequeñas inversiones: el Cine Minga.

Minga es un vocablo indígena que significa trabajo comunitario o colectivo que se hace con el propósito de una utilidad social. Y para demostrar que la idea no es puro cuento, ya está en posproducción la primera película hecha sin presupuesto, financiada tan solo con donaciones en especie de los moradores de un pueblo donde se desarrolló la historia y en la que ellos actúan.

Se trata de ‘El Viacrucis’, una producción escrita y dirigida por el caleño Harold De Vasten, la colaboración y actuación de Ariel Martínez, Héctor Fabio Mejía y la producción de casi todo un pueblo.

Sumando elenco y técnicos de grabación apenas hubo 16 personas, pero contaron con la participación de otras 120 entre actores naturales y extras que viven en el municipio donde se rodó.

Lo sorprendente del experimento que hicieron estos artistas, y que posiblemente cambiará la manera de hacer cine en Colombia, es que una película que requería 700 millones de pesos para su producción se logró con apenas 30 millones y un conjunto de donaciones. ¿Cómo lo hicieron?

La hazaña fue posible gracias a la caridad; y aunque parezca increíble el experimento se repetirá muy pronto en otro pueblo del Valle. “Nos gustó porque es un planteamiento diferente que nos da más libertad creativa”, explicó el director De Vasten, quien además es dueño de una productora y escritor de varios libros que aún buscan editorial.

Y es que ‘El Viacrucis’ fue una verdadera minga que se grabó con apenas dos cámaras fotográficas digitales con la opción de video (Canon 5D) y la banda juvenil de la Casa de la Cultura del pueblo, que hizo parte de la música. En la película participaron solo seis actores profesionales y ninguno cobró. Incluso uno de ellos, Jhon Alex Castillo, quien interpretó al alcalde del pueblo, donó dinero para la producción.

La historia se desarrolla en un mismo día y gira en torno a los problemas de una pareja que convoca al pueblo para recrear la crucifixión de Cristo durante la Semana Santa. Pero mientras lo hacen ellos viven su propio calvario al enfrentar la enfermedad de su hija. En la pareja, la mujer busca una cura en la religiosidad y el hombre en la política, pero ambos padecen los odios y las intrigas de una comunidad dividida entre conservadores y liberales.

Y toda esa trama se desarrolló en Timbío, Cauca, un pequeño municipio cafetero donde viven 30.000 habitantes y que está ubicado a escasa media hora de Popayán, la capital del departamento. Es un pueblo católico y conservador por tradición y como casi todo municipio caucano en el pasado fue golpeado por la guerrilla, pero nada de eso impidió que se rodara ‘El Viacrucis’.

El encargado de convencer a los timbíanos del proyecto fue el actor Ariel Martínez, que en la película hace el papel protagónico de Jesús María. Como Ariel es oriundo del pueblo y allá vive su señora madre, le quedó fácil hacerse escuchar y buscar apoyo.

La peregrinación de la idea comenzó en noviembre de 2013 y para diciembre ya estaban grabando en las calles de Timbío. Allí surgió otro reto, porque debían recrear la Semana Santa justo en la época de mayor jolgorio: la navidad y año nuevo. “Teníamos que estar pendientes que no se nos colaran adornos navideños o lucecitas en las tomas”, recordó el actor, que debió alternar como el productor que todo lo consigue, pero sin plata.

En total el rodaje de la película duró 30 días, entre diciembre de 2013 y enero de 2014. “Esa era la fecha más apropiada porque coincidía con nuestros recesos laborales, ya que somos docentes de actuación teatral”, explicó Ariel.

Una vez embarcados en el proyecto comenzó el verdadero viacrucis: la cruda realidad. Había que resolver temas tan simples pero costosos como la alimentación y alojamiento del equipo de trabajo. Pero hubo milagros, “poco a poco aparecieron fincas o casas que nos ofrecían para albergarnos gratis” dijo el actor caucano, que a los 20 años se fue para Cali a estudiar teatro en la Universidad del Valle.

Recordó que hubo una época en la que el asunto de la alimentación se complicó “y de un momento a otro la gente del pueblo empezó a llegar a la casa de mi mamá con racimos de plátano, yuca, huevos, leche o pan”.

La grabación y el detrás de cámara de ‘El Viacrucis’ es por sí mismo otro guión. Por ejemplo, entre los personajes de la película había una pareja de esposos ultraliberales que fueron interpretados por José Trejos y Sandra Rojas, pero que en la vida real son una pareja de esposos ultraconservadores encargados de organizar las actividades religiosas de la Semana Santa en su pueblo.

“Aunque yo sabía que estaba actuando, me parecían muy difíciles esas escenas donde llegaba un conservador a pedirme un favor y debía negárselo”, recordó entre risas doña Sandra.

Su esposo José Trejos, un ingeniero agrónomo que se dedicó a comercializar productos multivitamínicos, falleció el 11 de septiembre de 2014 por cuenta de una afección hepática; pero antes de morir tuvo la oportunidad de ver parte de la película que rodó. “Se la mostraron en un DVD; estaba fascinado y se emocionó mucho cuando vio nuestros nombres en los créditos”, relató su esposa que además de actuar, prestó la casa, el carro, ropa y fue gestora ante el párroco del pueblo para que permitiera grabar dentro de la iglesia.

Y aunque el equipo de producción solo tiene palabras de agradecimiento para los timbíanos, no olvidan que el único azote que recibieron durante la grabación de ‘El Viacrucis’ provino de algunos políticos del pueblo que, sin acudir a ellos, ofrecieron ayudar con lo que justamente escaseaba en la minga: dinero. “Y como siempre se quedaron en promesas, salvo uno de ellos que nos regaló dos semanas de alimentación y un millón de pesos, otro colaboró con otro millón y el que más prometió aportó cien mil pesos”, recordó Ariel.

Cuando convocaron al casting para la película acudieron al llamado 120 personas. “Lo curioso es que el 95 por ciento de ellos participó en las grabaciones y quedamos sorprendidos de sus capacidades”, dijo el actor Héctor Mauricio Mejía, que trabajó en películas como 'Perro come Perro' y la serie 'Metástasis'.

La otra curiosidad de la producción de la película corrió por cuenta de la reacción de Maribel Perafán, alcaldesa de Timbío. Ella no los tomó en serio cuando llegaron a su despacho a pedirles ayuda y dinero, “se preguntaba ¿y estos qué? Pero cuando se percató que la cosa era en serio, nos dio una mano”, dijo el actor, a quien también conocen como el 'Mono Mejía'.

Por estos días ‘El Viacrucis’ se encuentra en retoques técnicos para un corte final. Una vez esté lista sus realizadores la llevarán a cuanto festival de cine puedan encontrar, y el gran estreno será durante la Semana Santa de 2016, en el parque principal de Timbío, Cauca. Será una gala especial para los productores de la película, es decir, todo el pueblo.