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EN LA CUERDA FLOJA

Por falta de aportes, la Sinfónica de Antioquia podría quedar de nuevo en el limbo.

7 de octubre de 1991

POR TERCERA VEZ desde su creación, la Orquesta Sinfónica de Antioquia ve amenazada su supervivencia por problemas económicos. Aunque ya empiezan a surgir paliativos de urgencia, el problema de fondo sigue intacto.

La orquesta, con 58 músicos de planta, requiere 400 millones de pesos anuales: de esta cifra apenas un 23 por ciento lo aporta el Estado a través de Colcultura, la Gobernación y el Municipio. Pero debido a los engorrosos y paquidérmicos trámites, esos dineros nunca llegan a tiempo, por lo cual las directivas han tenido que recurrir a préstamos para cubrir la nómina de los trabajadores y ya la situación en este mes tocó fondo. Desde hace dos meses los músicos no reciben sueldo. La Gobernación, que debe aumentar cada año un 25 por ciento sus aportes, no ha cumplido esta norma en los últimos dos años. El Municipio no ha hecho desembolso alguno en 1991, y de Colcultura, hasta la fecha sólo se han recibido cinco millones de pesos.

Así las cosas, la Sinfónica ha tenido que desarrollar una campaña publicitaria para conmover a la empresa privada, pero hasta el momento los resultados han sido poco alentadores.

Se trata de un cuello de botella que hoy enfrentan decenas de entidades en todo el país. El Estado considera que la empresa privada debe contribuir al sostenimiento de las instituciones de la cultura, pero no se han diseñado incentivos de peso -por ejemplo tributarios- para motivar a los particulares.

Creada en 1945, la Sinfónica de Antioquia recibió en sus comienzos el apoyo de la señora Sofía de Echavarría. Dieciséis años alcanzó a vivir la orquesta sin tropiezos, hasta que en 1961 se desató una crisis que obligó a cerrarla por más de una década: de nuevo la familia Echavarría debió impulsar la institución. En 1977, cuando se avecinaba otra crisis, Colcultura dio un aporte decisivo. Pero la historia se repite y la orquesta está hoy, de nuevo, en bancarrota.

Hoy todos prometen ayuda, a tiempo que la ciudadanía de Medellín reclama al estado que no deje morir su orquesta. Pero habrá que ver si los aportes ofrecidos llegan, y cómo será la situación de estas entidades una vez quede reglamentado el artículo 355 de la nueva Constitución. -