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FILOSOFO DE LA LUCIDEZ

Una nueva recopilación de diálogos con Jorge Luis Borges dibuja de manera apasionante los mil y un rostros del escritor

8 de agosto de 1983

"Borges el memorioso". Conversaciones de Jorge Luis Borges con Antonio Carrizo. Fondo de Cultura Económica, 1983, 82 páginas.
El más lúcido hombre de letras, el polemista temible, el poeta Jorge Luis Borges nunca ha recurrido a la redacción de un diario, ni a la autoblografía para dar una imagen representativa o íntima de sí mismo. Sin embargo, esta imagen se ha venido forjando poco a poco, se ha venido dibujando a lo largo de los años, a través, obviamente de sus obras, pero tambien gracias a la prolongación de un diálogo con variadísimos interlocutores. Numerosas son las entrevistas publicadas, varias las semblanzas y las conversaciones con el poeta que han conocido la imprenta. Todo ello constituye su biografía literaria. La opinión de Borges tiene el don de la rara alquimia que transforma un asunto ordinario en pensamiento profundo y persuasivo; quizá por eso se le escucha concierto asombro, a veces con el temor reverencial profesado a un oráculo. Y es que su inteligencia deslumbra. La validez universal de sus juicios nos indica que es un hombre que lo sabe todo.
Borges con sus conversaciones continúa una tradición literaria o quizás una tradición pre-literaria: esa que hizo posible la comunicación de los relatos míticos, la narración de los cuentos populares, la transmisión de invenciones, fábulas y leyendas. Y a la vez nos da la imagen viva del escritor. Es tan rica la fantasia y la inteligencia allí desplegada que parece el prodigio de una obra literaria arduamente trabajada. El poeta en sus conversaciones "vive", digámoslo así, de la fama de sus obras, del prestigio literario, como Don Quijote en la segunda parte de la obra de Cervantes "vive" de la fama que le deparan las hazañosas aventuras emprendidas en la primera parte. Recordemos que la mejor obra del doctor Johnson es de Boswell. El joven Boswell, hechizado por el talento de Samuel Johnson, lo seguía a donde fuera, y se escucha en sus visitas y allí escuchaba con pasión las dilatadas conversaciones del erudito doctor; y con paciencia benedictina iba reproduciendo en el papel lo que decía su admirado maestro. Estas conversaciones, que publicara Boswell, tienen un elevado encanto; quizás mayor que el de las obras que el propio Johnson escribiera. Oscar Wilde dijo haber puesto el genio en su vida y sólo el talento en sus obras y prodigó a la sociedad de su época tan admirables ingeniosidades, que su prestigio fue enorme, un prestigio hecho no sólo de paradojas y epigramas; impugnó Wilde, como sólo un trágico puede hacerlo, a la cultura de su tiempo y la impugnó con la fuerza de sus juicios estéticos. Como Wilde no tuvo un Boswell a su lado todo aquel florilegio de su ingenio exquisito se perdió para siempre. A falta de testimonio de su genio nos hemos tenido que conformar con las invenciones de su talento. Hoy, felizmente, contamos con los medios técnico con los que es posible recuperar ese aspecto interminablemente encantador de la vida: la conversación. Tantas veces los autores no llevan a la obra escrita sus opiniones, sus pareceres o la expresión de sus gustos por considerar que, sencillamente, no es materia literaria; pero es evidente que tales opiniones tienen un valor, un sentido profundo y esclarecedor. Esto lo comprueba el libro que el Fondo de Cultura Económica acaba de publicar: un hermoso volumen titulado "Borge el memorioso", que reúne las conversaciones que Antonio Carrizo sostuvo con el poeta para los oyentes de Radio Rivadavia de Buenos Aires a finales de 1979. No es, ciertamente, un libro más entre los ya publicados con conversaciones con Jorge Luis Borges; quiza este sea el mejor hasta el momento; el más ambicioso. Supera incluso al de Richard Burgin, que es el resultado de una entrevista ingeniosa y lúcida
"Borges el memorioso" resulta tan ampliamente abarcador que, en su trescientas y pico de páginas, encontramos a Borges el escritor y a Borges el hombre de cuerpo entero. Allí estan la ideas que se han constituido en su temas predilectos, está "la contradicción del tiempo que pasa y la identidad que perdura": están sus opiniones polémicas, sus diatribas, su poesía, sus sentimientos y sus emociones estéticas todo ello evocado bajo la intensa luz de una memoria prodigiosa.