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En 2004 Google empezó a digitalizar libros sin permiso de los autores o las editoriales. En este momento unas 20.000 editoriales están vinculadas al programa. Con todo, algunos grupos de intelectuales no los convence las reglas de juego del gran emporio de la información

POLÉMICA

Google Books responde

Tras la publicación de un artículo sobre su actividad en la pasada edición de SEMANA, el gigante de Internet se defiende.

16 de mayo de 2009

En la pasada edición de SEMANA, el artículo “¿El buen ladrón?” hacía eco de la enorme repercusión mediática internacional que ha tenido el acuerdo pendiente entre autores, editores y Google sobre derechos de autor. Tras buscar durante varios dias a los representantes de Google Books para América Latina, SEMANA les envió algunas preguntas que finalmente no contestaron. Ahora, y tras leer el artículo, Santiago de la Mora, representante de Google Books con sede en México, decidió replicar.

SEMANA: ¿Qué le molestó del artículo de SEMANA?

SANTIAGO DE LA MORA: El artículo no enfatizó las ventajas para autores y para editores en el nivel mundial de Google Books. Todos los autores y editores quieren que su obra sea difundida y que tenga visibilidad. Pero para poder vender una obra, primero hay que encontrarla. Y eso es lo que hace Google: permite que el usuario acceda a la información.

SEMANA: ¿Pero también es un negocio?

S.D.L.M.: El propósito de Google Books es servir de intermediario entre usuarios y obras. Nuestra función principal es la de organizar la información, hacerla accesible a un mayor número de personas. No va en contravía con la posibilidad del negocio.

SEMANA: Pero usted no ha sido nombrado ‘intermediario’ ni por el autor ni por el editor...

S.D.L.M.: Tenemos 20.000 editoriales que hacen parte de la búsqueda de libros de Google. ¿Por qué? Porque los editores y los autores se han dado cuenta de que gracias a Google pueden llegar a más gente. Desde que se lanzó en 2004, su propósito ha sido el de ser una plataforma, un trampolín para dar a conocer sus obras.

SEMANA: ¿Qué va a pasar entonces con los intermediarios tradicionales, editores, distribuidores y librerías?

S.D.L.M.: Google Book Search no va en detrimento de esos canales de distribución. Google Book Search es un complemento en ciertos casos y la decisión de hacer parte o no del acuerdo es del usuario. Nosotros consideramos que difundir más libros y organizar la información de una forma más especializada, más específica, para saber cómo se comportan las obras, hace que aumenten las ventas. Por otro lado, nosotros ofrecemos enlaces hacia libreros en la red y en los casos de los países en que sea posible, a librerías.

SEMANA: Parece que los editores se han resignado ante el poder de Google Books, pero ¿no es injusto que compartan sus magras ganancias con un intermediario al que nadie invitó a la cadena de venta?

S.D.L.M.: Google les ha permitido a los editores vender tanto sus novedades como resucitar su fondo, y volver a dar vida a libros que estaban descatalogados porque eran obras para nichos de mercado muy reducidos y no era rentable mantenerlos en librerías. Las librerías físicas tienen una oferta limitada porque tienen problemas de espacio y de tiempo. En Internet eso no sucede. La ventaja para los editores ha sido enorme.