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El documental de Catalina Mesa es un homenaje a su abuela y un retrato de las mujeres de su generación en Jericó, guiadas siempre por una sabiduría infinita y los valores que mantienen como un tesoro.

CINE

Jericó, el infinito vuelo de los días

Este documental, rodado en el pueblo antioqueño de Jericó, le hace un homenaje a una generación de mujeres que encarnan otra forma de entender el tiempo. ***

Manuel Kalmanovitz G.
19 de noviembre de 2016

País: Colombia

Año: 2016

Directora: Catalina Mesa

Protagonistas: Cecilia Bohórquez, Manuela Montoya, Elvira Suárez

Duración: 78 min

El comienzo de este documental no es el más auspicioso: la cámara muestra entrecortadamente unas casas con paredes, puertas y ventanas pintadas de colores vivos y, en interiores, a unas mujeres de distintas edades perfumándose, poniéndose aretes, mirándose al espejo –emperifollándose, como dirían en Antioquia–.

Todo hace temer un ejercicio del turismo más básico, un equivalente cinematográfico a esas fotos enormes de gente muy sonriente con las que están empapelados los aeropuertos, donde solo hay cabida para la peculiaridad forzada y no para la vida, compleja y rara, como se vive en el terreno.

Pero esa intuición de que estamos ante una propaganda se disipa apenas entra en materia: esta es una película sobre mujeres mayores en el pueblo de Jericó y ellas tienen toda la vitalidad, gracia e interés que lo plano de un folleto turístico jamás podrá tener.

Planteado por su directora, Catalina Mesa, como un homenaje a su abuela y a toda una generación que sufrió la historia reciente de Colombia y que guarda en sus maneras y recuerdos una forma de vivir despegada del afán y la eficiencia, el documental logra transmitir ese tiempo distendido en el que viven estas mujeres que cosen su propia ropa, que usan estufa de leña, que cocinan y muelen el maíz para hacer las arepas.

Los personajes dan cuenta de la variedad que hay en cualquier generación: hay mujeres que vociferan y echan chistes vulgares; otras más dulces, enmudecidas por la melancolía; unas con amigas, otras solitarias; unas que han viajado, otras que no.

La religión es un elemento central en las vidas de todas y el documental consigue momentos de humor al mostrar a una hablando, peleando y amenazando a sus santos de yeso para que la ayuden y a otra exhibiendo sus colecciones de camándulas. La aproximación es cálida y nada crítica: el catolicismo aparece como un elemento que acompaña y consuela, que las conecta con un pasado común y las tranquiliza sobre el futuro incierto.

Los hombres también tienen un lugar en la película –aunque no se vean mucho– como protagonistas de historias agridulces, de amores que no se dieron porque ese mundo pasado donde crecieron no lo permitía: por racismo de una familia, por ser excesivamente infieles, por el deseo de independencia de las cortejadas.

Y también está la violencia, de cuya sombra nadie ha logrado escapar.

El hilo conductor es una enfermera que cumple el papel de entrevistadora visitando a las protagonistas en sus casas. Sus preguntas más bien abruptas y la sensación de que no termina de poner atención a las respuestas recuerdan que las nuevas generaciones no han heredado la delicadeza de sus mayores. El hecho de que sea una enfermera también termina por indicar

–quizás inconscientemente– que esta generación, con su saberes y sensibilidades, está a punto de desaparecer.

El sentido de pérdida es claro, pero el documental logra conectarse tanto con el espíritu vital de sus protagonistas, con unas sensibilidades que lograron sobrevivir a pesar de todo, que no llega a ser sobrecogedor. n

CARTELERA

La llegada ***½

El canadiense Denis Villeneuve hace una película ambiental y sutil a partir de los intentos de establecer contacto con unos alienígenas.

Una parejadispareja *

Película de acción rutinaria y desganada con Jackie Chan.

Enemigo en la red **

Un ejecutivo arrogante se enfrenta a un empleado sociópata y con conocimientos tecnológicos en este thriller poco sorpresivo.

Pasión por las letras ** ½

Retrato melancólico de la relación entre el editor Max Perkins y el escritor Thomas Wolfe.