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La película ofrece un banquete de nostalgia y presenta platos bien producidos, acogedores y adormilantes.

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Jersey Boys

Esta película, dirigida por Clint Eastwood y basada en un exitoso musical de Broadway, usa la historia del grupo The Four Seasons, conformado en 1959, para hacer un salpicón de éxitos desconectados de su contexto histórico. ** ½

28 de junio de 2014

País: Estados Unidos
Director: Clint Eastwood
Guion: Marshall Brickman y Rick Elice
Actores: John Lloyd Young, Vincent Piazza y Erich Bergen
Duración: 134 min

Jersey Boys es una película empapada de nostalgia, enceguecida por ella. Está basada en un exitoso musical estrenado en Broadway en 2005 que hila de manera impresionista una decena de hits del grupo musical The Four Seasons para ilustrar su carrera. Y la película se limita a eso: el surgimiento, apogeo y caída del grupo. 

A juzgar por lo que vemos, el grupo liderado por Frankie Valli (John Lloyd Young) existió en un paraje donde reinaban los colores ocre y donde la inconformidad de los sesenta no se sentía. Acá no hay rastro de esa vital cultura juvenil con la que Janis Joplin y decenas de bandas conquistaron al mundo, tampoco aparece la polémica por la guerra de Vietnam; es como si esos vientos libertarios se hubieran saltado Nueva Jersey para producir una música romántica e inofensiva.

La película ofrece un banquete de nostalgia y, en ese sentido, presenta platos bien producidos, acogedores y adormilantes. Sí, eventualmente suceden cosas inquietantes, pero nada que otra canción romántica o triste o alegre no ayude a superar. 

Hay una escena temprano en Jersey Boys que deja ver cómo la música de The Four Seasons se acomodó desde el comienzo en un limbo histórico. Tras oír la voz al mismo tiempo nasal y chillona de Valli, Gyp deCarlo (Christopher Walken), el mafioso de la ciudad, le confiesa conmovido que su interpretación le habría encantado a su madre. Así es: a finales de los cincuenta estos músicos apenas llegados a la adultez ya cantaban canciones que la madre de un mafioso sesentón adoraría. 

La película está estructurada con cada uno de los miembros del grupo hablándole directamente a la cámara para revisar su historia. La relación central del grupo se da entre Tommy DeVito (Vincent Piazza) y Valli. Tommy es el guitarrista y el supuesto líder, un matoncillo de barrio que constantemente subestima a Valli mientras sobredimensiona su propia importancia y capacidades.

Con la entrada de Bob Gaudio (Erich Bergen) para componer los éxitos que Valli inmortalizará, el grupo y las tensiones internas se consolidan. 

Si uno busca algo más que disfrutar unos éxitos musicales de los sesentas, Jersey Boys es decepcionante. Realizada por Clint Eastwood, director de dramas poderosos que examinan en detalle relaciones complejas (Unforgiven o Río místico o Million Dollar Baby, para nombrar tres), Jersey Boys muestra las relaciones entre sus personajes muy superficialmente. Las dinámicas internas apenas se exploran y la película no se detiene a esclarecer ni las posibles resonancias de sus canciones ni cómo funcionan las relaciones creativas entre artistas o el mundo del espectáculo en general. 

A falta de profundidad o agudeza, hay muchas canciones dulces, románticas o, en un par de casos, inofensivamente pícaras y es posible perderse en ellas e ignorar la complejidad del mundo. Es música para avestruces que han metido la cabeza en un hoyo ahistórico. Y, aunque sepamos que todo es falso, también es extrañamente reconfortante pensar que el mundo fue así de simple y sencillo. 

Cartelera

**** Excelente  ***1/2 Muy buena  ***Buena   **1/2 Aceptable  **Regular  *Mala   

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