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LA ECONOMIA PARA PRINCIPIANTES

Un libro de John Kenneth Galbraith pone al alcance de todos a Keynes y compañía.

22 de abril de 1985

La era de la incertidumbre. John Kenneth Galbraith. Plaza y Janes Editores. 351 páginas. Barcelona 1984.
Las ideas económicas siempre aparecieron, para el lector corriente, como un dominio difícil, casi inaccesible. Los economistas modernos pareciera que escribieran sus tratados solo para otros economistas. Abstrusos volúmenes de imponderable oscuridad se alzan entre las ideas económicas y el hombre de la calle. ¿Pero no es acaso el efecto de la economía lo que materialmente mueve al mundo? Sin eufemismos, podemos decir que cada peso que gastamos o cada peso ganado es el eco de un complejo sistema del que ignoramos casi por completo sus mecanismos. Hacía falta un libro de un economista versado, que hiciera fácil la tarea de comprender las teorías económicas, su historia, su desarrollo y, desde luego, sus efectos sociales. Este libro apareció, hará unos cinco años en inglés, pero hasta ahora contamos con una edición accequible en español; nos referimos a "La era de la incertidumbre" de John Kenneth Galbraith, que debe ser ya un clásico en su género.
El pivote que sostiene la armazón de ideas que Galbraith despliega a lo largo de su ensayo, lo constituye un hecho observado por el economista más influyente de este siglo, John Maynard Keynes, quien afirmaba que las ideas de los economistas y de los filósofos sociales condicionan las acciones futuras en el cuerpo social. Así pues, podemos comprender cómo las ideas de los economistas van prescindiendo el propio fluir de la historia del desarrollo económico. Para Keynes, su influencia es tal que apenas pocas cosas más nos gobiernan. Si quisiéramos saber cuáles son las fuerzas que guían nuestras acciones, Keynes recomienda el estudio de las ideas económicas modernas. Galbraith ha desarrollado este método con su visión amplia, pues si encuentra que el pensamiento económico condiciona los grandes cambios y las etapas de desarrollo en el mundo, también comprende el peso que las circunstancias particulares y los intereses creados, tienen en el impulso del mundo. El tratamiento del tema por parte de Galbraith tiene toda su dinámica en el hecho de relacionar los hombres y sus ideas con sus consecuencias, pero teniendo siempre en cuenta las circunstancias específicas, y el interés particular que mueve a "defender lo que se tiene y a justificar lo que se quiere tener".
La exposición de las ideas contenidas en las obras de Adam Smith, Ricardo, Malthus, Marx, Lenin, Keynes, en la prosa de Galbraith, constituye una interpretación absolutamente comprensible para el no iniciado en la materia, pero lo que resulta mucho más atractivo en este libro es la forma de su exposición. En efecto, "La era de la incertidumbre" de Galbraith se lee como una apasionante novela, en donde los protagonistas son la actividad incesante y multiforme de la sociedad humana y cuya historia se recorta sobre el tema que la acoge y la explica: el mundo económico. Con deslumbrante claridad y con un prodigioso poder de síntesis, Galbraith saca a la luz lo escencial de las tesis de los economistas, y las discute con rigurosa presición. El andamiaje conceptual que posee Galbraith es tan complejo y sutil, y tan abarcador, como para comprender cabalmente los fenómenos que estudia en profundidad, pero también está tan alerta ante ellos como para establecer una verdadera relación crítica. Así sus observaciones guardan una distancia hacia las ideas reflexionadas, quizás una distancia escéptica, pero es que ál fin y al cabo la historia ha justificado sus momentos de escepticismo. Aunque Galbraith es un ciudadano norteamericano -destacado entre los diez escritores vivos más importantes de los Estados Unidos- su estilo tiene todo el carácter del talento inglés. Sus observaciones ingeniosas -a fuer de inteligentes- y su provocador sentido del humor, son las raras cualidades que hacen que un estudio de economía se convierta en una lectura ejemplar.
La sucesión de cuadros históricos, panoramas políticos y económicos, el esbozo de teorías y de retratos, la crítica a la cultura y todo ello gobernado por el sentido privilegiado de una exposición clara, hacen de "La era de la incertidumbre" un texto obligado para quien quiera comprender la formación y la marcha del mundo contemporáneo.