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LA GRAN HERENCIA

En el MAM, una exposición de Karl Brunner, el hombre que le cambio la cara a Bogotá.

12 de junio de 1989

Karl Brunner von Lehenstein, austriaco, nacido en Viena en 1887, llegó a la ciudad de Bogotá en 1933, despues de haber trabajado en Santiago durante cuatro años como consejero-urbanista del gobierno de Chile. Su misión en Colombia era la de organizar el Departamento Municipal de Urbanismo de la capital, primero en su genero en el país.
Dos años despues de su llegada fue nombrado Consejero-urbanista del Gobierno nacional, ocupando asi una posicion similar a la que había alcanzado en Chile. Brunner regreso a Viena en 1948. Alli ocupó un cargo directivo en la reconstruccion de la ciudad afectada por la guerra y alli falleció el 15 de junio de 1960.

Esta pequeña historia podría a simple vista parecer intrascendente.
Un europeo mas que vino a America y regreso a su continente, desilusionado quiza de su experiencia en el Nuevo Mundo. Puede tambien decirse que el nombre de Brunner es todavia desconocido para muchos, incluso para quienes trabajan en las tareas del urbanismo y de la arquitectura del país. La exposición de su obra que presenta el Museo de Arte Moderno durante el mes de mayo, comprueba la importancia de su presencia y descubre tambien, para quienes lo ignoran, la altura intelectual y las ideas de este fascinante personaje.

Aristocrata de nacimiento y formacion. Brunner trajo a Colombia las ideas del planeamiento urbano europeo protomoderno, fielmente retratadas en la Viena de comienzos del siglo. Consciente ya de los avances del mundo moderno, uno de sus primeros trabajos en Austria y Alemania habia sido un estudio de los aportes de la aerofotografía como instrumento de planeación. Sin abandonar su posicion academicista, incorporo muchos conocimientos nuevos en sus propuestas teóricas y prácticas de urbanismo, basadas en un cuidadoso diseño del espacio urbano como con juncion de lo público y lo privado en su tratamiento como escenario de la vida urbana.

A Karl Brunner debe Bogotá obras tan importantes y diversas como las urbanizaciones Palermo, El Campin y el Bosque Izquierdo, barrios como El Centenario y el Ingles, vias como la Avenida Caracas y el Paseo Bolivar y diversos parques urbanos, amen del trazado de amplios sectores de expansion de la ciudad y de un plan vial cuidadosamente estudiado. Algunas de sus propuestas no realizadas incluyeron un tratamiento espacial de la carrera 7a. entre la Plaza de Bolivar y la Avenida Jimenez de Quesada, la apertura de la carrera 7a, como un eje civico para comunicar el Capitolio Nacional y la Gobernación de Cundinamarca y la construcción de un gran parque forestal en terrenos de la hacienda El Salitre, en el mismo lugar que hoy ocupa el anhelado y abandonado parque Simón Bolivar.

Brunner no trabajó solo para Bogotá. Elaboró un plan regulador par Barranquilla, diseñó el conjunto de la Universidad Pontificia Bolivariana e Medellin, urbanizaciones en Cali, y en Apulo (Cundinamarca) diseñó un amplio conjunto de vivienda obrera. Su trabajo teYrico se proyectó por una parte en sus catedras de Urbanismo, Historia y Teoria en la recien fundada Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional y, por otra en las publicaciones, entre las cuales se destacan los dos tomos de su "Manual de Urbanismo", publicados por la Alcaldia de Bogotá entre 1939 y 1940. Un tercer tomo de este interesante tratado quedó inédito. Personaje polémico, participó activamente de la vida politica, social y cultural de Bogotá, entonces llamada "Atenas Suramericana".

Vista en esta perspectiva, la fugaz estancia de Brunner en Colombia fue definitiva para formar la disciplina del urbanismo y ejercerla con seriedad y honestidad incomparables.
Su voluntad social, manifiesta en el interes por los barrios y las viviendas para obreros, lo colocan como un pionero de la causa del mejoramiento de las condiciones de vida de la población trabajadora. Su respeto por el "dominio público" se retrata en el cuidadoso diseño y amoblamiento de las vias y parques que trazó y realizó.
De su labor quedó como herencia un sentido de integridad en el ejercicio del urbanismo, el que despues se extravió en los meandros de la burocracia y de la gestión puramente mercantilista, cuyas consecuencias se evidencian a diario en la destrucción de aquello que otros como Brunner, intentaron construir.

Lo anterior lo resumen perfectamente los arquitectos Fernando Cortes y Konrad Brunner, curadores de la exposición en uno de los textos del excelente catalogo: ...Brunner fue un hombre de mente abierta, de síntesis, de caracter humanista, que dentro de si llevaba una tradición de pensamiento derivada del Iluminismo, donde Razon y Naturaleza constituían elementos constructores de la ciudad.
Involucrado dentro de los problemas planteados por esta epoca de busqueda de equilibrio social, fue creyente de la práctica del urbanismo como ciencia para el logro de una sociedad más equitativa, con un fortalecimiento del Estado, lo público y una practica liberal sobre el control del espacio urbano. -